Tal vez aquella mujer fuese una profesional de la vigilancia, pero era patética a la hora de disimular sus pensamientos. Él estaba entrenado para interpretar las reacciones de la gente, su vida había dependido de ellos durante años, pero Pedro Alfonso era un libro especialmente abierto.
Y en aquel momento el libro se había abierto por la página «lárgate de aquí».
Al ver al joven Lisandro corriendo por su camino se había acordado de otro niño, en otra época, y su instinto protector se había activado. Era como saborear brevemente algo que había aceptado que nunca experimentaría.
Pero llevarlo a casa había sido algo más que la oportunidad de sentirse como un padre durante cinco segundos. Había sido la oportunidad de ver a Paula Chaves en su hábitat natural.
Puso en marcha el coche. De pronto sintió la necesidad de no regresar a su escondite, donde le esperaban los libros, la música y el bosque. No se había ocupado del parque en diez meses y odiaba la idea de que Paula lo juzgara basándose en lo que encontrara cuando fuese a trabajar el lunes por la mañana.
Bajó la ventanilla cuando pasó por su lado y levantó la mano para despedirse.
—Te veo el lunes, Paula.
Ella se llevó las manos a las caderas y contestó:
—Creí que no te involucrabas en las operaciones.
Pedro se preguntó si sabría lo sexy que estaba allí de pie, en el porche de su antigua residencia familiar. Probablemente no lo supiera, de lo contrario no estaría desperdiciándolo en él. Había dejado muy claro lo poco que le gustaba el ejército y, por asociación, él. Aunque él se sentía de una forma parecida. Se bajó las gafas de sol y le devolvió la mirada.
—Normalmente no lo hago —contestó antes de acelerar el coche.
Ella se encogió en su espejo retrovisor hasta que tomó la curva.
Cuando llegó a la salida que conducía a su casa, siguió conduciendo. Tenía el resto de la noche del sábado y todo el domingo para ponerse al día de todo lo que había sucedido en WildSprings mientras él había estado ausente.
Para cuando llegara el lunes por la mañana, quería estar al tanto de todo lo que ocurría en su negocio.
Probablemente tuviese que haberlo hecho tiempo atrás y estuviera ligeramente relacionado con la belleza de pelo oscuro que ahora vivía en la casa de sus padres.
Probablemente.