martes, 10 de agosto de 2021

QUIERO TU CORAZÓN: CAPÍTULO 3

 

Nadie dijo una palabra mientras Damián recogía su chaqueta y salía de la sala. Ella habría preferido pasear desnuda por la Calle Principal antes que ir tras él, a pesar de que las mejillas le ardieron al recibir un par de miradas de simpatía.


—No le hagas caso —dijo Darío después de que Damián cerrara de un portazo—. Probablemente está nervioso por volver a casarse.


«O está irritado porque su hermano va a casarse con Ailin, la mujer a la que, después de todo, sigue amando», pensó Paula desconsolada. Se esforzó en que su sonrisa no vacilara.


Fuera como fuere, era evidente que había sido un gran error presentarse allí esa noche. Sólo le quedaba realizar una salida digna sin ponerse a llorar.


—Estará bien en cuanto deje de hacer pucheros —hizo un gesto indiferente con la mano, exhibiendo su nueva manicura— después de todo, a los fuegos artificiales nos gusta un hombre que tenga algo de chispa propia —les guiñó un ojo.


Un par de ellos rió entre dientes, apreciando el sarcasmo, y Mauricio alzó los dos dedos pulgares.


—Está claro que contigo tiene las dos manos llenas —dijo con otra de sus encantadoras sonrisas.


No era de extrañar que todas las mujeres de la ciudad estuvieran locas por él, aunque el sólo tenía ojos para Mia Smith.


—Tú debes saberlo, muchacho —musitó Rodrigo lo bastante alto como para que Paula lo oyera.


Gaston le dio un golpe en el brazo.


—Está noche se te ve magnifica, Paula —aseveró.


—Gracias, Jefe —tenía que salir de allí—. Voy a dejar que volváis a la partida. Os veré luego.


Salió de la sala entre un coro de animadas despedidas.


Mientras avanzaba por el pasillo, sacó el teléfono móvil del bolso y llamó a Damian, empeñada en exigir una explicación a su indignante conducta.



QUIERO TU CORAZÓN: CAPÍTULO 2

 

Paula esperó que insistiera en que ella era más bonita, pero permaneció obstinadamente en silencio, con los brazos cruzados y un gesto ceñudo en la atractiva cara. Fue Pedro Alfonso quien finalmente salió en su defensa.


—Desde luego que Ailín es muy bonita —dijo con su atención centrada en sus fichas—, pero comparar a una rubia con una pelirroja es como elegir entre una flor delicada y una exhibición de fuegos artificiales. Las dos son hermosas, pero cada una a su propia manera.


—Es un comentario muy amable —repuso ella mirando con expresión de desaprobación a Damian—. Gracias, Pedro.


Los ojos oscuros de él se alzaron para encontrarse un instante con los suyos mientras se ruborizaba. ¿Cómo podía un hombre de negocios tan próspero y brillante seguir siendo tan tímido, en particular en compañía de los que eran sus amigos desde el instituto? Le resultaba imposible descifrarlo.


—Damian, creo que alguien acaba de comparar a tu dama con unos petardos —dijo Rodrigo—. ¿Deberíamos felicitarte o mostrarte nuestras condolencias?


Por el hecho de que Paula había salido con unos cuantos hombres más de la ciudad antes de aceptar la proposición de Damian, Rodrigo tenía una mala opinión de ella que no se molestaba en ocultar. Paula creía que debería relajarse un poco.


—Lo que está diciendo es que soy ardiente y que Damián es un hombre afortunado —repuso, a pesar de que Rodrigo no se había dirigido a ella—. Damian lo sabe, ¿verdad, cariño? —si no iba a defenderla voluntariamente, lo obligaría a darse cuenta.


Durante un instante, él se reclinó en la silla y la miró, apretando los labios en una fina línea. Luego la sorprendió tirando sus cartas en el centro de la mesa.


—Paso —gruñó, recogiendo sus escasas fichas y echando atrás la silla—. He venido a jugar al póquer, no a hablar de flores y fuegos artificiales.


«¿O sea, que los hombres no hablan cuando juegan?», pensó Paula. Todo el mundo sabía que eran peores que las mujeres en lo referente a los chismes.


QUIERO TU CORAZÓN: CAPÍTULO 1

 

Paula Chaves se arregló el generoso escote de su blusa y enderezó la cintura de la minifalda negra de cuero. Respiró hondo, empujó la puerta que daba a la sala de juegos de mesa del elegante Thunder Canyon Resort, donde su novio, Damián Traub, jugaba al póquer con sus amigos y su hermano Darío.


—Vaya, hola, chicos —posó exageradamente con una mano en la cadera a medida que los seis hombres se giraban para mirarla.


Durante un momento, reinó el silencio salvo por el sonido que hicieron con las sillas los hermanos Alfonso cuando se pusieron de pie.


—Buenas noches, Paula —saludó Mauricio Alfonso.


La sonrisa presumida del doctor, atractivo como una estrella de una serie televisiva, le provocó un escalofrío de placer. Había salido con él algunas veces, pero nunca en serio. Su hermano menor, Pedro, se mantenía en silencio a su lado. Si sonriera más a menudo, Pedro podría llegar a ser más apuesto que Mauricio. Ella sentía debilidad por el pelo y los ojos oscuros.


—Oh, no os levantéis por mí —exclamó con un leve toque de sarcasmo a medida que miraba a los demás, su novio incluido, que seguían sentados como si tuvieran los traseros pegados a las sillas.


A regañadientes, también ellos se incorporaron. Rodrigo Chilton y el jefe de Paula, Gaston Clifton, mostraban expresiones de leve desaprobación. Todo el mundo sabía que la actitud de Rodrigo hacia las mujeres iba con un siglo de retraso con los tiempos modernos, pero por lo general, Gastón se mostraba más contento de verla.


Quizá no debería haberse presentado allí, pero había querido recordarle a Damián lo que se estaba perdiendo al insistir en pasar la velada con los chicos en vez de con ella. En especial cuando era su día libre. Paula trabajaba de camarera en el bar del complejo hotelero.


—He venido a comprobar mi horario de trabajo, así que he pensado pasar a saludaros ya que estaba aquí —explicó, dedicándole a cada uno su sonrisa más coqueta.


Si Gaston puso en duda su excusa, no dijo nada, pero los dos sabían que tenía un turno fijo, que alternaba semanalmente entre días y noches.


—Vaya, pero si es la segunda mujer más hermosa de Montana —indicó Dario, mirando a su hermano.


La rivalidad fraternal había dado como resultado una pelea a puñetazos en la inauguración unas semanas atrás del restaurante de Darío. Según Damián, desde entonces habían enterrado el hacha de guerra. Esa noche soslayó la pulla de DJ.


—¿No crees que muestras una cierta parcialidad desde que al fin convenciste a la hermosa Ailín de casarse contigo? —preguntó Mauricio, mirándolo.


Era una de esas peculiares coincidencias, probablemente resultado de vivir en una ciudad pequeña, que Damián le hubiera propuesto matrimonio a ella justo después de que Darío y Ailin, ex mujer de Damian, hubieran anunciado su compromiso. Era evidente que la gente que comentaba que Damian aún estaba enamorado de su ex se equivocaba.


QUIERO TU CORAZÓN: SINOPSIS

 


Puede que estuviera a punto de conseguir el ascenso… ¡al corazón del jefe!


Paula Chaves siempre había salido con los solteros más atractivos de la ciudad, pero después de una dura ruptura con su novio, quería algo más que un simple devaneo. También estaba buscando un cambio en su trabajo, por eso, cuando Pedro Alfonso le ofreció un puesto en su empresa, Paula aprovechó la inesperada oportunidad.


Pedro era un hombre serio y tranquilo, nada que ver con los hombres que Paula había conocido. La atracción no tardó en surgir entre ellos y en hacer que los días en la oficina le resultaran cualquier cosa menos aburridos…