sábado, 2 de enero de 2021

SIN TU AMOR: EPÍLOGO

 


Pedro acarició la hinchada barriga de Paula. Estaba en el segundo trimestre del embarazo, sin náuseas y pletórica de energía. Atardecía y el sol teñía de rojo las aguas del mar.


Aunque no habían llegado a divorciarse, Pedro había insistido en celebrar una ceremonia.


Y así habían pronunciado unos votos en su lugar especial. Le tomó la mano y besó el tatuaje de henna que tenía dibujado en el dorso, y sonrió para sus adentros al pensar en el tatuaje que él mismo se había hecho dibujar en el pecho: dos «P» entrelazadas.


Hamim, siguiendo sus instrucciones, ya debía estar abriendo la cama y colocando las últimas flores. Sólo podía pensar en llevarse a su hermosa mujer a la cama otra vez.


Paula sonrió, le tomó la mano y la deslizó más abajo por su barriga. Estaban bailando el vals y no podía apartar los ojos de su marido, tal era el amor que irradiaba de ellos.


–Aún no me lo puedo creer –susurró él.


Esperaban gemelos. Los vómitos sufridos el día de la migraña habían anulado los efectos de la píldora y poco después habían concebido a sus hijos.


El día anterior habían visitado el orfanato de Dar el Salaam, un lugar al que habían decidido apoyar económicamente con los beneficios generados por el negocio de Paula. A ellos no les hacía falta el dinero.


Los fuegos artificiales estallaron en el cielo.


–Lo he hecho a lo grande –Pedro sonrió tímidamente.


–Me encanta –Paula se volvió hacia su marido–. Y te amo.


Paula se perdió el resto de los fuegos artificiales. Porque Pedro volvía a besarla y, cuando Pedro Alfonso la besaba, sólo existía el amor.




1 comentario: