sábado, 9 de junio de 2018
THE GAME SHOW: CAPITULO 14
Al final de la primera semana, el marcador estaba muy ajustado. Como había dicho Paula, la llamada sobre Harvey había contado, pero también contó la que hizo ella a Pedro al día siguiente.
Paula se había imaginado que contaría, pero aun así quiso saber su opinión sobre una presentación que iba a hacer en la Cámara de Comercio. Pensó que los buenos directores no creen que lo saben todo ni intentan hacer las cosas solos.
Además, había leído que las mujeres tendían a tener un estilo de dirección que incluía a los demás. Raul la había escuchado pacientemente y había asentido con la cabeza durante su exposición, pero le dijo que el jurado, en el que había varias mujeres, había decidido penalizarla por la llamada.
El reloj avanzaba muy lentamente el viernes por la tarde y Paula contaba los minutos que faltaban para ver a sus hijas, para ver a Pedro, pero sólo para pasarle por las narices que estaba demostrando ser una competidora más que digna.
La sonrisa se le borró de los labios cuando abrió la puerta del apartamento. Pedro estaba sentado en el sofá, como siempre, pero no estaba solo.
Estaba abrazando a una mujer, a una rubia impresionante, que estaba todo lo cerca que podía estar de él sin estar sentada en su regazo.
Salvo que se equivocara muchísimo, Paula comprendió que había interrumpido algo muy íntimo.
—¡Qué bochorno, Pedro! —exclamó la mujer, que no dejó que Pedro se apartara—. Nos han pillado besándonos en el sofá como un par de adolescentes.
La rubia no parecía nada abochornada y se limitó a limpiar la marca de carmín de la mejilla de Pedro. Paula captó el mensaje como si Pedro llevara la palabra «mío» escrita en la frente.
—No sabía que estuvieras acompañado —dijo Paula cortantemente.
Pedro señaló a la rubia.
—Es Celina Matherly. Ha pasado por aquí después de que las niñas se acostaran.
—Tú debes de ser Paula Chaves. Pedro me ha informado… de la situación. Espero que no te importe que haya venido a visitarlo. Es que hace una semana que no lo veo…
Celina acarició el muslo de Pedro y jugueteó con el borde de los pantalones cortos. Paula no supo por qué se sintió traicionada, pero se sintió traicionada. Él no la había mentido. Nunca habían hablado de las demás personas que hubiera en la vida de cada uno. Pedro y ella no estaban saliendo, estaban compitiendo. Aun así, no podía pasar por alto su decepción ni que la expresión de Pedro se pareciera mucho a la del sentimiento de culpabilidad. Conocía esa expresión por el último año de su matrimonio con Kevin.
—Bueno, yo me retiro. Encantada de conocerte, Celina. Buenas noches, Pedro.
Incluso con la puerta cerrada podía oír la risa de aquella mujer.
—Le verdad es que me siento mucho mejor después de conocerla —dijo Celina.
Paula se miró en el espejo que colgaba de la pared. Durante los últimos días se había sentido joven y hermosa. En ese momento se sentía cansada y triste.
Celina se fue pasadas las dos de la madrugada.
Paula lo supo porque estuvo despierta mientras escuchaba los susurros y se llamaba idiota en todos los tonos.
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Muy buenos los 5 caps. Ya va siendo hora que avancen un poco entre ellos jajajaja.
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