sábado, 18 de julio de 2015
VOTOS DE AMOR: CAPITULO 12
–¡Paula! –la voz aguda de David temblaba de furia–. He leído en la prensa que estás casada. Pero eres mía, Pau. No debieras haber permitido que otro hombre te pusiera las manos encima. Me has traicionado y debes pagar por ello, zorra…
Paula pulsó con dedos temblorosos la tecla para finalizar la llamada mientras el acosador le lanzaba una retahíla de obscenidades. Era la primera vez que la amenazaba de verdad, pero la policía seguía sin dar con él y no podía hacer nada para ayudarla.
Paula se sentía acosada y cada vez más preocupada. A pesar de que había cambiado de nuevo el número del móvil, David lo había vuelto a averiguar.
El día después de la cena de solidaridad habían aparecido en la prensa fotos de Pedro y ella besándose en la pista de baile, y las columnas de cotilleo se explayaban sobre el hecho de que estaban casados y especulaban sobre el estado de su relación.
Las llamadas de David se habían reanudado y eran cada vez más amenazadoras.
–¿Estás segura de que estarás bien mientras Emilia y yo nos vamos al Caribe? –le preguntó Ryan acercándose a ella, que estaba sentada en el jardín de la casa de su amigo–. Puedes quedarte hasta que la policía atrape al chiflado que te persigue. ¿Te ha vuelto a llamar? A Emilia no le importaría que pospusiéramos el viaje.
–No me ha vuelto a llamar –mintió ella–. Y no quiero que cambiéis de planes.
Ryan la observó preocupado.
–No me gusta la idea de que vuelvas a tu casa. Preferiría que fueras a la de Carla y Benja.
–Tendría que contarles lo del acosador. No quiero molestarlos.
Le sonó el móvil y se sobresaltó. Miró la pantalla y suspiró aliviada al reconocer el número, al tiempo que se le aceleraba el pulso.
–¿Se ha puesto en contacto contigo el acosador desde que hablamos ayer? –le preguntó Pedro sin más preámbulos y sin responder a su pregunta sobre el tiempo que hacía en Nueva York–. Supongo que le habrás dicho a la policía que ha averiguado tu nuevo número y que te ha llamado varias veces esta semana.
–Les he informado de las llamadas.
–¿Te ha llamado hoy?
No podía decirle la verdad con Ryan escuchando la conversación, ya que sabía que cancelaría sus vacaciones.
–No, hoy no. Igual se ha cansado de jugar –afirmó con despreocupación fingida.
–No creo que esté jugando –dijo Pedro con sequedad–. Deberías dejarme contratar a un guardaespaldas para protegerte mientras ese hombre suponga una amenaza.
–No exageres. No quiero llevar guardaespaldas.
Él, irritado, lanzó un suspiro.
–Sé que no quieres aceptar mi ayuda, pero, en este caso, tu empeño en ser independiente es ridículo.
Paula estaba al borde de un ataque de nervios después de la llamada de David, por lo que montó en cólera.
–No soy una niña, sé cuidarme. No tienes que preocuparte. Voy a visitar a mi madre en Derbyshire. Creo que se siente sola al haber perdido a mi padre. Tal vez el acosador pierda interés al no estar yo en Londres.
Al darse cuenta de que podría pasarse todo el día discutiendo con Pedro, añadió con rapidez:
–Tengo que colgar. Espero que todo vaya bien por allí –afirmó en tono conciliador antes de finalizar la llamada.
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Wowwwwww, por qué no se abre Pedro?? Es una tortura lo que están viviendo. Y ojalá encuentren pronto al acosador.
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