sábado, 20 de marzo de 2021

TORMENTOSO VERANO: CAPÍTULO 37

 


Pedro sintió que Pau temblaba entre sus brazos. Debería terminar aquello en aquel mismo instante. Había preguntas que hacer, historia que volver a reescribir. Sin embargo, estaban allí, haciendo justo lo que él llevaba toda una vida deseando. Y ella lo deseaba.


La realidad no tenía ningún sitio allí. Era un lugar en el que los sueños rotos podían volver a reescribirse, en el que las esperanzas podían hacerse realidad. El dolor desapareció.


El cuerpo de Pedro tomó su propia decisión. El movimiento hizo que Paula pronunciara un suave ronroneo en lo más profundo de la garganta. Lo miraba del mismo modo en el que lo había mirado a los dieciséis, pero su mirada era ya la de una mujer, igual que su deseo. Llevaba tanto tiempo deseándola. La había amado desde hacía tanto tiempo...


¡No!


Era demasiado tarde para poder negar nada. Su cuerpo ya no escuchaba. Estaba poseído por una oleada de deseo que era imposible de detener.


Se movió dentro de ella, cuidadosa pero firmemente, silenciando el pequeño grito que ella exhaló cuando sintió que su cuerpo se tensaba y que lo que había comenzado como dolor se transformaba en placer. Su cuerpo quedó libre para responder a aquella posesión. Poco a poco, fue perdiendo constancia de todo lo que la rodeaba. Sólo quedó Pedro para ayudarla a cabalgar sobre las oleadas de placer.


Finalmente, las sensaciones parecieron llegar a su punto más álgido y estallaron en un placer tan intenso, que ella casi no lo pudo soportar. Gritó el nombre de Pedro en medio de un revuelo de palabras cuando el orgasmo se apoderó de ella. Pedro la agarró con fuerza y dejó que su propio cuerpo se acompasara también a los espasmos finales del gozo de ella.




2 comentarios:

  1. Y ahora? Va a tener que disculparse Pedro por todas las veces que la juzgó y trató con desdén.

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  2. Ay nooo!! Ya quiero seguir leyendo!! Que va a decir Pedro ahora después de todas las veces que la humilló

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