sábado, 8 de agosto de 2020

EL HÉROE REGRESA : CAPÍTULO 10





Aquello también fue una conmoción. Paula había sido tímida en todas sus clases, especialmente cuando había estado dando clases a Pedro y sus sentimientos oscilaban entre el encaprichamiento y el odio. Aunque era amable con sus alumnos. Paula nunca había esperado que el profesor Alfonso prestara atención a una alumna más joven de lo normal que se sentaba al fondo de la clase. Sin duda, no había parecido reconocerla en el reciente mercadillo.


—Gracias, señor. Le agradezco su confianza.


—Está bien merecida.


Los ojos de profesor comenzaron a ver borroso cuando miró de nuevo hacia el jardín. Era hermoso, aunque estaba descuidado. Paula podía sentir el amor que perduraba en aquel lugar y supo que también había belleza en el recuerdo del amor. Su amor había cambiado de forma y no era palpable, pero tampoco se había perdido.


—Prometes arreglarlo para el Pequeño Sargento —susurró el profesor Alfonso. Era una afirmación más que una pregunta.


—¿El Pequeño Sargento? —preguntó Paula.


—Mi abuela —respondió Pedro.


Paula pensó si era una promesa que podía cumplir, ya que nunca se había dedicado a la jardinería y estaba segura de que Pedro no iba a querer tenerla cerca más tiempo del necesario; pero sintió la llamada de trabajar con la tierra y de pintar con seres que crecían y si, además, podía ayudar al profesor Alfonso ¿cómo iba a negarse?


—Sí, lo prometo. Quizá podamos contratar a un jardinero, lo arreglaría todo en unos días.


—No. No en su jardín. No lo permitiré.


—Esta bien —dijo Paula suavemente—. Pero hace demasiado calor para trabajar aquí fuera ahora mismo. Vamos dentro, comenzaré mañana por la mañana.


Lo llevaron dentro, donde se sentó en la misma silla que antes, pero en lugar de quedarse ensimismado, miraba hacia fuera.


—Me lo has prometido.


—Sí, se lo he prometido.




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