sábado, 19 de octubre de 2019
LOS SECRETOS DE UNA MUJER: CAPITULO 64
No podía estar ocurriendo. Tenía el corazón en la garganta y se controló para no decir nada hasta que estuvieran apartados del resto de los pasajeros. Entonces miró a Paula a los ojos y le hizo la pregunta que le estaba rondando por la cabeza.
—Esto tiene que ver con los dos intentos de robo en el barco, ¿verdad?
Paula se mordió el labio inferior y cruzó los brazos sobre el pecho.
—No estoy segura.
—Pero sospechas que pudiera ser así, ¿no?
—Antes de esto, no creía que tuviera nada que ver conmigo, pero ahora…
—¿Ahora qué, Paula? —le preguntó enfadado—. Pensé que eras sincera conmigo. Pensé que podías ser alguien a quien…
—¡Pedro, no!
—Tenía razón, ¿verdad? Después de todo, tenía razón. Escondías algo en el barco, ¿no?
—Debería habértelo dicho —repuso ella con arrepentimiento.
—¿Decirme el qué?
Se sentía fatal. Había sido un estúpido al pensar que podía confiar en ella. Ya le había pasado algo parecido dos años antes, pero estaba claro que no había aprendido nada.
—Es complicado…
—Bueno, desgraciadamente, tenemos todo el tiempo del mundo. No tengo adónde ir.
Paula cerró los ojos. Sabía que sus palabras le estaban haciendo daño, pero no le importaba.
—Agustin es mi ex marido. Tomé dinero que él…
—¿Se trata de dinero? —la interrumpió fuera de sí.
—No es eso…
—A ver si lo tengo claro. La bolsa de viaje que trajiste al barco… Ahí estaba el dinero, ¿verdad?
—Pedro, yo…
—Y Agustin o alguien que trabaja para él ha venido hasta aquí para encontrar la maldita bolsa y se ha llevado de paso mi barco, ¿verdad?
—Por favor, Pedro. Escúchame…
Él empezó a apartarse de ella.
—No quiero escucharte. Creo que sé todo lo que necesito saber.
Se dio media vuelta y volvió a la playa. No sabía si estaba más enfadado que decepcionado o si era al revés.
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