Nadie debía romper aquellos votos.
Después de tanto tiempo, entre ellos seguía habiendo mucha pasión contenida. Pero esa vez la pasión era demasiado peligrosa, ya que Paula Chaves era ahora una mujer casada, y Pedro era un policía intentando atrapar al peor asesino en serie que había habido en Louisiana, un hombre que podría ser precisamente el marido de Paula...
Paula tenía demasiadas razones para no confiar en Pedro, y para no perdonarlo...
Ahora él tenía muy poco tiempo para convencerla de que debía marcharse de casa antes de que la muerte los separara para siempre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario