sábado, 6 de julio de 2019
CAER EN LA TENTACIÓN: CAPITULO FINAL
Una semana después
El lunes, durante la fiesta de despedida, Paula les había pedido una cosa a Luciana, Tamara y Graciela. Por eso, las cuatro se habían juntado a última hora de la tarde del cuatro de julio junto a lo que había sido La Tentación.
Paula trepó por la pared del jardín y se coló dentro. Al cerrar definitivamente el local la semana anterior, había dejado una ventana semiabierta a propósito. Comprobó que seguía igual.
—La ventana está abierta —les dijo a las demás—. Enseguida os abro.
Paula entró por la ventana en el bar. Se movió fácilmente entre las sombras, ya que conocía el lugar de sobra y además estaba vacío. No había ni una pieza de mobiliario con la que tropezarse.
Sólo quedaba la maciza barra del bar. Todo lo demás habían ido vendiéndolo antes del jueves.
Ese día Paula le había entregado las llaves del local al funcionario del ayuntamiento.
Ella había supuesto que no harían nada con el edificio hasta después de esas fiestas, y había tenido razón. Ni siquiera habían examinado el lugar para comprobar que todo estuviera en orden y que todas las ventanas estuvieran cerradas.
—Entrad, rápido —urgió Paula.
Como si fueran ladrones, Luciana, Tamara y Graciela entraron en el local. Iban vestidas de negro y sonreían con cierto nerviosismo.
—¿Y si nos encuentran aquí? —preguntó Luciana mirando por la ventana para comprobar que nadie las había visto.
—¿Pueden arrestarnos? —preguntó Graciela con tono inseguro.
—No vamos a estar tanto tiempo como para eso —aseguró Paula mientras abría la mochila que llevaba consigo. Sacó una vela y la encendió. Luego una jarra y cuatro copas.
Era el momento de un último Cosmo, las cuatro solas.
—¿Os dais cuenta de que ha pasado un mes desde la última vez que nos reunimos e hicimos esto?
Luciana sacudió la cabeza. Estaba bronceada y feliz después de regresar de su luna de miel en México y lo veía todo en positivo.
—Lo sé, pero ahora estamos aquí, eso es lo que cuenta —dijo.
—¿Recordáis que la última vez que hicimos esto, las cuatro estábamos solteras y no teníamos ningún hombre en perspectiva? Y ahora las cuatro estamos o casadas o viviendo con alguien.
—A mí no me sorprende que tú y yo tengamos pareja —intervino Tamara y señaló a Graciela—, pero ¿ella?
Graciela rió.
—También tengo que vivir mi lado salvaje de vez en cuando.
Paula sirvió las copas.
—Pues a mí me gustan mucho vuestras parejas, Ernesto, Enton y Santiago.
—Alfonso también es genial —dijo Luciana y bajo la voz—. Todas vamos a ser felices, ¿a que sí?
Las cuatro asintieron lentamente. Iban a ser felices aunque sus caminos adoptaran direcciones inesperadas. Luciana se mudaba a Georgia, Tamara estaba recorriendo el país en coche, Graciela estaba estudiando Derecho y Paula se preparaba para empezar la universidad.
Y las cuatro estaban enamoradas de unos hombres increíbles que las adoraban.
—La vida nos sonríe —murmuró Paula y contempló el local vacío que había significado tanto para ella.
Se sorprendió al darse cuenta de que la tristeza comenzaba a disiparse. Gracias a sus amigos, a su familia y, sobre todo, gracias a Pedro.
—Así que se acabaron nuestras reuniones en La Tentación —dijo Luciana con nostalgia—. No puedo creerme que el cuarteto Cosmo se separe. ¿Brindamos por nosotras?
Tamara enarcó una ceja, no estaba conforme.
—De acuerdo con el brindis, pero ¿qué es eso de «el cuarteto Cosmo»? Si vamos a bautizarnos con un nombre cursi, elijamos uno mejor.
Estuvieron debatiendo un rato y por fin Paula carraspeó.
—¿Qué os parece... Las Tentadoras?
Las otras asintieron inmediatamente, era el nombre perfecto.
—¡Por Las Tentadoras! —dijeron al unísono elevando sus copas en un tributo a la amistad, los buenos tiempos y el amor verdadero.
Unos minutos más tarde, después de haber derramado algunas lágrimas y haberse despedido, salieron de allí. Paula alumbró el camino de salida con la vela y observó a las demás salir a la noche oscura.
Se quedó a solas y contempló por última vez el local que contenía veintiún años de momentos felices y que siempre llevaría en el recuerdo.
Y apagó la vela.
FIN
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Me encantó esta historia.
ResponderBorrarMuy lindo el final!!
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