sábado, 16 de febrero de 2019

PAR PERFECTO: CAPITULO 16




Pedro estaba a unos diez metros de la puerta, leyendo los carteles de un concierto pegados en la pared, y no la vio salir. Dos chicas pasaron a su lado y le sonrieron ampliamente, sin que él se diese cuenta de nada. Paual intentó mirarlo con los mismos ojos que aquellas chicas, es decir, como si fuese un hombre desconocido que te cruzas por la calle.


Un hombre guapo y atractivo.


Entonces él la miró y aquello le arruinó el jueguecito. Ella sonrió y caminó hacia él. Pedro abrió la bolsa de papel que ella llevaba entre las manos y dijo:
—¿Menta con chocolate? Ése es mi favorito...


Ni se había enterado de qué sabor había escogido.


—Bueno, como has tenido un día duro, he decidido premiarte.


—Gracias. Ahora lo que necesitamos es un par de cucharas. ¿En tu casa o en la mía?


Estaban a sólo una manzana de casa.


—La verdad es que este calor me tiene hecha polvo, Pedro. Será mejor que me quede en casa y descanse. Puedes guardarlo en tu congelador y ya pasaré a llevarme un poquito.


—¿Estás bien?


—Sí, claro.


Parecía querer decir algo más, pero Paula echó a andar en dirección a casa. Llegaron en silencio hasta el portal, abrieron los buzones y con un montón de catálogos y propaganda bajo el brazo, ella dijo:
—Compañero, aquí es donde se separan nuestros caminos. Nos veremos luego, o mañana. No, mañana no, estoy ocupada.


—Paula...


Ella se echó a temblar. « ¡No! Tal vez tú también te hayas dado cuenta, pero no digas nada sobre lo de darnos la mano. Ignóralo. Lo echaremos todo a perder si hablamos de ello, perderemos nuestra cómoda amistad. No lo digas...»


—¿Te acuerdas de ese vestido beige que tienes? ¿El que llevaste a la fiesta del bufete hace unas pocas semanas?


—Sí... ¿qué le pasa?


—Póntelo mañana. Con ese colgante en forma de corazón. Manuel se quedará de piedra.


Pedro le dio un golpecito cariñoso en la nariz y desapareció en dirección a su puerta. Ella se quedó donde estaba, helada, y mirando el punto en el que antes estaba Pedro, dijo:
—Se llama Mariano, idiota.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario