sábado, 3 de noviembre de 2018

BUSCANDO EL AMANTE PERFECTO: CAPITULO 39




De vuelta en Los Estados Unidos


Esta misma mañana, puse pie nuevamente en los Estados Unidos por primera vez en cinco años.
Lo primero que percibí fue el olor a comida rápida procedente del restaurante del aeropuerto: un olor grasiento como no hay otro en el mundo. Luego me fijé en la gente, el noventa por ciento de la cual tenía un aspecto inequívocamente estadounidense.
Tenemos una nación llena de excesos. Y eso se manifiesta en nuestra mirada franca y abierta, en nuestras chanclas de marca cara y en nuestra constante insatisfacción con lo que tenemos.
Siempre estamos queriendo más, una idea sobre la que estuve reflexionando en el taxi que me llevó a casa de mi hermano, donde me quedaré hasta que encuentre de nuevo un apartamento propio.
Esa filosofía del querer siempre más… ¿ha invadido mi dormitorio, se ha apoderado de mi vida amorosa?
Me entristece reconocer que he vuelto a casa escarmentada de mis experiencias. La felicidad no me estaba esperando al final de mis años practicando sexo por Europa. He vivido y me he divertido, sí, pero lejos de contentarme con ello, he aprendido que también deseaba otra cosa: amor.
Quizá no lo haya encontrado, pero al menos ahora he descubierto que eso es lo que quiero. Y eso siempre es algo, ¿no?
Pero me estoy poniendo muy depresiva, y no es ése el sentimiento que quiero comunicaros. ¿Cómo explicar que la sensación de querer siempre más no es algo bueno ni saludable… y al mismo tiempo admitir que precisamente he descubierto en mí un legitimo deseo de hacer algo más que lo que he estado persiguiendo durante todos estos años?
No tengo todas las respuestas. En realidad no tengo ninguna. Sólo sé que estoy preparada para regresar a los Estados Unidos y para empezar una nueva fase de mi vida.
Ya no busco al perfecto amante. Ahora busco, por muy tópico que pueda sonar… el amor perfecto.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario