sábado, 1 de octubre de 2016

MAS QUE VECINOS: CAPITULO 36




Al salir del hospital, Pedro rompió el incómodo silencio que los envolvía una vez más.


—Tenemos que hablar con tranquilidad, Paula. ¿Quieres que vayamos a tu casa?


—Será mejor que no, comparto el piso con otras dos chicas y es posible que alguna se encuentre allí en este momento.


—Entonces iremos a la mía.


—¿Hoy no trabajas? Me extraña que no tengas que ir un martes a la oficina.


—Hay cosas más importantes que el trabajo —afirmó Pedro, rotundo.


Paula lo miró incrédula.


—Nunca pensé que te oiría decir algo parecido, Pedro.


—Quizá no me conoces tan bien como crees —comentó él mirándola muy serio.


—Quizá... —contestó Pau en un susurro.


Cuando llegaron a su casa, Pedro se ofreció a preparar algo rápido para comer.


—Me encantaría. Como de costumbre, estoy hambrienta. —Pau lo acompañó a la cocina—. ¿En qué puedo ayudarte?


—No hace falta que hagas nada, siéntate en el salón y ahora lo llevaré todo para allá —Pedro ya estaba abriendo y cerrando cajones y sacando cosas de la nevera.


Pedro, no me gusta que me trates como a una inválida, soy perfectamente capaz de preparar una ensalada o lo que me digas. —Una vez más, las mejillas de Paula se sonrojaron por la indignación.


—Parece que el embarazo te ha vuelto muy susceptible —se burló él con una sonrisa maliciosa en los labios.


—Solo porque quiero ayudarte no tienes que... —Sin dejarla acabar la frase, Pedro la cogió en brazos y, a pesar de las protestas de Pau, la llevó hasta el salón y la depositó con delicadeza sobre uno de los sillones.


—Espero que mañana te duelan terriblemente las lumbares por cargar con todo este peso —le deseó Pau con una mirada malvada y Pedro no pudo evitar soltar una carcajada; la cercanía de Paula siempre le hacía sentirse tremendamente vivo.


A la joven le dio rabia encontrarlo tan atractivo, así que apartó la mirada de esa sonrisa deslumbrante que la volvía completamente idiota, cogió una de las revistas de economía que había encima de la mesa y comenzó a hojearla como si le pareciera de lo más interesante.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario