sábado, 29 de agosto de 2015

SEDUCIDA: CAPITULO 36




Paula detuvo el coche frente al apartamento de Pedro y salió del coche. Pero cuando iba a subir los escalones del portal volvió a ver a su vecina, doña perfecta, mirándola desde el balcón de al lado.


–Hola, ¿quería algo? Pedro no está en casa.


Paula frunció el ceño. ¿Cómo lo sabía? ¿Lo vigilaba?


–Se fue hace una hora –siguió la mujer–. Yo estaba sacando a Poochie cuando llegó un taxi y le oí decir que se iba al aeropuerto.


–Ah, gracias –la rabia de Paula desapareció, reemplazada por una oleada de miedo.


¿Ese viaje era una reacción extrema a los eventos de aquel día o lo tenía planeado de antemano?


Mientras subía al coche dejó escapar un suspiro de angustia.


Habían sido amantes menos de doce horas antes y había sentido algo especial entre ellos. Nunca habían estado tan cerca el uno del otro. No eran solo amantes… habían compartido sus pensamientos, sus corazones.


Cuando llegó a casa vio la lucecita del contestador encendida y pulsó el botón con manos temblorosas.


–Pau, soy yo. Imagino que estarás con Mariza –Pedro hizo una pausa–. Solo quería decirte que…


El mensaje se cortó de repente y Paula tiró el teléfono al sofá. Había olvidado rebobinar la cinta y el mensaje se había cortado antes del final. Pero ya sabía lo que iba a decir, no tenía que escucharlo de nuevo.


Adiós.








No hay comentarios.:

Publicar un comentario