sábado, 9 de mayo de 2015
EXOTICA COMPAÑIA: CAPITULO 7
—¿Hiciste qué? —inquirió Pablo incrédulo.
—Ya me has oído —comentó mientras desayunaba cereales y zumo de naranja—. Conecté el estéreo y acallé el alboroto causado por esos animales.
—¿Esa es la idea que tienes tú de llegar a un compromiso? —lo miró furioso.
—Con el sheriff no llegué a ninguna parte —gruñó—. Chaves lo tiene tan cautivado que Reed cree que ella es un regalo de Dios a la humanidad. Aunque consiguió convencerla de que abriera el embalse de su estanque para que no tengamos que traer agua de otras fuentes. Excavó la zanja anoche.
—Y para devolverle el favor, le rompes los tímpanos.
—Bueno —Pedro se movió incómodo en la silla—, ¿cómo iba a saber que iba a hacerlo?
Pablo aporreó el puño sobre la mesa. Los cubiertos y los cuencos dieron botes.
—Ha sido un acto juvenil, Pepe. Vas a convertir esto en una competición de agravios si no tienes cuidado. Insisto en que vayas a verla esta noche y te esfuerces al máximo en hacer las paces. Si Paula ayuda tanto a la comunidad y es tan generosa como afirma el sheriff, entonces vas a ser tú el que termine mal parado a ojos de la gente… lo cual se reflejará en mí, porque pensarán que participo de esta tontería, lo cual no es así.
—¿Vas a quedarte ahí sentado y decirme que no te importa salir a reagrupar al ganado por la noche? —miró furioso a su hermano.
—Claro que no, pero repararé vallas si es lo que hace falta para mantener la paz. Prefiero centrar mi tiempo libre en Cathy Dixon. Al ser una mujer, sin duda tomará partido por Paula en esta enemistad —lo miró con gesto aplacador—. Por favor, Pepe, entierra el hacha de guerra. Invítala a salir y conócela antes de juzgarla. Averigua por qué se ha metido en esta cruzada, hazle entender que las vacas y las ovejas son nuestro medio de vida y que los rancheros pasan por momentos duros. Intenta volver a ser el gran tipo que eras antes de que Sandi Saxon te fastidiara al dejarte por aquel abogado de éxito y se fuera a Oklahoma City. Deja de ser tan cauto y estar a la defensiva cuando se trata de mujeres —se levantó y llevó el cuenco y el vaso al fregadero—. Esta mañana voy a cambiar el aceite y las mangueras hidráulicas de los tractores, mientras tu limpias la sembradora mecánica y cargas el aceite de trigo en los camiones —miró por la ventana—. Hay algunas nubes en el horizonte, de modo que quizá al fin llueva antes de que plantemos el trigo.
—Sería estupendo si algo saliera bien —musitó.
—Oh, antes de que lo olvide, esta noche no estaré para preparar la cena. Cathy me invitó a su cafetería para cenar con ella. Te quedas solo, hermano.
Cuando Pablo se marchó, Pedro se encorvó sobre la mesa y analizó la crítica de su hermano. La verdad era que le gustaba pelear con su vivaz vecina. Tenía un ingenio agudo y era insolente, y lo divertía de un modo rayano en la frustración. Además, le gustaba el hecho de que le plantara cara.
Llegó a la conclusión de que quizá fuera hora de probar una táctica diferente, enterrar el hacha de guerra en otra parte que no fuera la espalda de Chaves. Pedro podía ser amable y caballeroso si le apetecía, y era verdad que tenía la tendencia a proyectar su fracaso con Sandi Saxon en otras mujeres desde que aquella le pisoteó el orgullo. La experiencia lo había desilusionado y amargado, y seguía en guardia para no dejar que lo volvieran a herir.
Se dijo que lo consideraría una prueba para su temperamento, paciencia y disposición. Era un desafío. Si podía tratar con la tigresa y conseguir que comiera de su mano, entonces sería capaz de manejar a cualquier mujer.
Sabía que Pablo tenía razón. Había dejado que su decepción con Sandi destruyera cualquier relación potencial.
Pero Sandi era un capítulo cerrado de su vida.
Decidido a establecer una tregua, levantó la mesa y fue a ocuparse de las tareas que lo esperaban. Después de la cena se arreglaría e iría a su casa. Desempolvaría los modales que llevaba algunos años sin usar. Esa mujer no tendría ni una oportunidad cuando exhibiera su encanto.
Debería mostrarse amable, galante y cortés para conseguir que olvidara por qué estaba enfadada con él.
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