jueves, 2 de abril de 2015

INEVITABLE: EPILOGO




Dos meses después…


Con una sonrisa, Paula sostuvo el ejemplar de su novela mientras el champagne caía sobre la cubierta. Los medios especializados habían reseñado favorablemente las copias de avance que se distribuyeron, lo cual la llevó a liderar las listas de venta desde el día de la publicación.


Pedro esperaba frente a ella, con una sonrisa de orgullo en el rostro. Alzó su copa en silencioso brindis por su éxito. Lo había logrado. Superó el pasado, su bloqueo y todos los problemas. Ahora estaba en un momento importante de su vida y de su carrera.


Cuando Paula bajó del sitio que ocupaba en el escenario, junto a su editora y los ejecutivos del sello, se unió a Pedro.


—¿Aburrido? —le preguntó.


—Ni un poco —dijo él—. En cambio me siento ridículamente orgulloso de ti.


—Siempre tienes algo lindo para decir, ¿no es cierto?


—Trato, aunque a ti se te dan mejor las palabras —se burló Pedro antes de darle un beso rápido en los labios.


Él metió la mano en el bolsillo interno de su chaqueta y sacó una pequeña de terciopelo color borgoña.


—Nena… quería hacer este día aún más especial para ti —dijo él abriendo la cajita para revelar su contenido.


—¿Cuánto tiempo has estado esperando para decir eso? —dijo ella riendo nerviosamente.


—Cerca de dos meses —respondió él.


Paula estaba tan emocionada que la respuesta se quedó atorada en su garganta.


—¿Significa esto lo que pienso que significa? —logró preguntar finalmente.


—Supongo que depende de lo que pienses que significa. Si piensas que significa que te estoy pidiendo que seas mi esposa, estarías en lo correcto —su expresión se tornó más seria—. Si también piensas que significa que me levantaré cada mañana preguntándome qué hice para merecer tenerte en mi vida, bueno, estarías en lo cierto acerca de eso, también.


Paula se quedó por un momento... aturdida. Nadie le había dicho jamás algo como eso.


Pedro se levantó de su lugar, rodeando la mesa y se puso de rodillas frente a ella.


Paula Chaves, me harías el hombre más feliz si aceptas casarte conmigo.


La atención de todos los asistentes del evento se centró en ellos, pero para Paula no existía nadie más en la sala, excepto Pedro.


—Sí, acepto —dijo con la voz entrecortada. Tomó su rostro entre las manos y se inclinó para besarlo. Suavemente al principio, pero las emociones se apoderaron de ella—.
Te amo, Pedro. Lo sabes, ¿verdad?


Él le devolvió el beso mientras deslizaba el anillo en su dedo. 


Luego se acercó para susurrar las palabras en su oído.


—Yo también te amo, Paula.


A Pedro le tomó toda su fuerza de voluntad no levantarse de allí y arrastrarla a su casa en ese momento.


Silbidos, aplausos y vítores estallaron en el salón haciendo que la escritora se sonrojara.Pedro se puso de pie apoyándose de la mesa y le tendió una mano para que se levantara. La música empezó a sonar en el salón y el ambiente festivo los contagió a todos, formando una improvisada pista de baile.


—¿Alguna vez creíste que terminaríamos así? —le preguntó Pedro envolviéndola en sus brazos.


—No —contestó Paula con sinceridad—. Pero alguien me dijo que lo nuestro era inevitable, y ella siempre tiene razón en estas cosas —le guiñó el ojo antes de besarlo con pasión.





4 comentarios:

  1. Ayyyyyyyy, qué preciosidad esta historia!!!!!!!!!! Me fascinó Carme. Sos una genia eligiendo historias.

    ResponderBorrar
  2. que lindaaaaaa novela ... me encanto !!! hermosa, ame los personajes !!! gracias Carme

    ResponderBorrar
  3. Hermoso final para esta historia tan linda!!! Pero me quedé con la intriga de saber como siguió la historia de Carolina y Mauricio! Y qué pasó con el supuesto bebé que le dijeron a la mamá de Pedro?

    ResponderBorrar