domingo, 17 de octubre de 2021

MENTIRAS DE AMOR: CAPITULO 78

 

Oyó que Facundo entraba en la casa. Se lavó rápidamente la cara y se retocó el maquillaje para aparentar normalidad.


Tendría que haberse imaginado que sus esfuerzos serían en vano.


–¿Qué te ha pasado? –preguntó Facundo en el momento en el que la vio.


–Nada –respondió ella.


–Pues a mí no me parece que no haya pasado nada. Dime, Pau. ¿De qué se trata?


–Nada… Tan sólo acabo de cometer la mayor estupidez de toda mi vida –susurró ella–, pero no te preocupes, lo superaré.


Facundo negó con la cabeza.


–¿Te refieres a olvidarte de él?


Paula trató de tragarse el nudo que se le había formado en la garganta. Sólo pudo asentir.


–Ay, Pau. ¿Por qué has tenido que enamorarte de él?


Facundo abrió los brazos para abrazar a su hermana. Pau se reconfortó con la fuerza de su hermano. Resultaba extraño ver cómo los papeles se cambiaban.


–No pude evitarlo, Facundo. Simplemente ocurrió.


Permanecieron así durante mucho tiempo, abrazándose y dándose y recibiendo consuelo. Por fin, Paula se apartó de su hermano.


–Gracias.


–¿Por qué?


–Por no decir que ya me lo habías advertido… Facundo negó con la cabeza.


–Ya eres una mujer hecha y derecha, Pau. Ya va siendo hora de que empieces a cometer tus propios errores en vez de tratar de subsanar los míos.


–¿Qué quieres decir?


–Necesitas una vida propia. Has estado tan entregada a mí y al hecho de asegurarte de que nuestras vidas fueran tan normales como fuera posible que se te olvidó completamente tomarte tiempo para ti. Paula Chaves se perdió por el camino. Te agradezco todo lo que has hecho por mí, en especial renunciar a tus sueños de ir a la universidad para que fuera yo, pero… Dejé de necesitarte hace mucho tiempo. Tengo veinticuatro años, Pau. Tengo que salir adelante yo solo y tú tienes que permitírmelo.


Los ojos de Paula volvieron a llenarse de lágrimas. Facundo tenía razón.


–Está bien. Lo comprendo, pero podría llevarme un tiempo. Sin embargo, lo haré. Por cierto, Pedro me ha dicho que podría ser que fueras exonerado de lo que se te ha acusado. ¿Por qué no me lo has dicho?


Pedro me pidió que no dijera nada hasta que pudiéramos identificar al verdadero culpable.


–Siento mucho haber dudado de ti. Yo sólo…


–Lo sé… –la interrumpió Facundo.





No hay comentarios.:

Publicar un comentario