miércoles, 16 de junio de 2021

NO TODO ESTÁ PERDIDO: CAPITULO 43



Paula y Pedro tomaban un café mientras hablaban sobre los últimos detalles de la gala, que tendría lugar al día siguiente. Parecía de mejor humor que el día anterior, aunque se mostraba un poco distante. No tocó el bollo de canela que Paula le había ofrecido y no parecía muy hablador, pero consiguieron finalizar los detalles.


–Parece que irá mucha gente –dijo ella, satisfecha. –Y no creo que se nos haya pasado ningún detalle.


–No, lo tienes todo cubierto.


–Sobre el papel tiene buen aspecto –asintió Paula, pasándose las manos por las perneras del pantalón. –Pero organizarlo todo mañana será otra cuestión. Quiero irme a Penny's Song en cuanto Maite despierte para asegurarme de que todo esté listo.


–Será una gala brillante, no tengo la menor duda.


Paula tenía dudas sobre todo en su vida últimamente, pero esperaba que se recaudasen fondos suficientes.


Tenía que olvidar sus sentimientos por Pedro y dejar su corazón roto para otro momento. Y, afortunadamente, él estaba cooperando.


–Bueno, tengo un montón de cosas que hacer –Pedro se levantó para ponerse el sombrero.


Paula lo acompañó a la puerta, agradeciendo que su reunión hubiera sido tan cordial y, sobre todo, que no hubiesen hablado de cosas personales.


–Ah, casi se me olvida –Pedro se sacó un papel del bolsillo de la camisa. –Anoche tuve una cena con un ganadero de la zona y este es nuestro primer donativo.


Paula desdobló el cheque y lanzó una exclamación:

–¡Cincuenta mil dólares!


Pedro esbozó una sonrisa.


–Ya sabía que te haría ilusión.


–¿Quién es?


–Un viejo amigo mío. Le mostré el rancho antes de ir a cenar y se quedó entusiasmado con los niños. Por eso sé que en la gala de mañana recaudaremos mucho dinero. En cuanto la gente conozca a esos niños empezarán a abrir sus carteras, seguro.


–Eso espero –dijo ella.


Se sentía un poco mejor, pero debía admitir la verdad. Lo que la había animado era saber que no había estado con Susy Johnson la noche anterior sino con un amigo rico.


–Paula… –empezó a decir Pedro antes de que cerrase la puerta.


–¿Qué?


–Creo que mañana deberíamos presentar un frente unido, por los niños.


–Sí, claro. Al menos, eso es algo que tenemos en común.


Él la miró en silencio durante unos segundos.


–Muy bien, nos vemos mañana.




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