lunes, 4 de enero de 2021

AVENTURA: CAPITULO 6

 


Tenía un hijo.


Pedro apenas era capaz de asimilar el concepto. Y Paula se equivocaba. Le importaba. Quizá demasiado. En el instante en que la vio hablar con Beatriz, el corazón había empezado a martillearle en el pecho con tanta fuerza que lo dejaba sin aliento, y cuando sus ojos se encontraron, había experimentado una necesidad tan profunda de estar cerca de ella que bajó las escaleras y fue hacia Paula antes de poder considerar las repercusiones de sus actos.


Después de poner fin a la relación, la primera semana debió de haber alzado el teléfono una docena de veces, dispuesto a confesarle que había cometido un error, que quería volver a estar con ella, aunque ello hubiera representado el fin de su carrera en Western Oil. Pero se había deslomado para llegar donde estaba como para tirar todo por la borda por una relación que desde el principio estaba predestinada al fracaso. De modo que había hecho lo único que había podido… o eso había creído, porque ya no estaba tan seguro.


Ella intentó liberar el brazo y la mueca en su cara le indicó que le hacía daño. Maldijo para sus adentros. La soltó y controló con voluntad férrea su carácter. Se afanaba en todo momento para tener el control. ¿Qué tenía esa mujer que hacía que abandonara todo sentido común?


–Hemos de hablar –susurró con aspereza–. Ahora.


–Este no es el sitio más idóneo –repuso ella.


Tenía razón. Si desaparecían juntos, la gente lo notaría y hablaría.


–De acuerdo, haremos lo siguiente –indicó–. Vas a despedirte de Beatriz, subirte a tu coche e irte a casa. Unos minutos después, yo me escabulliré y me reuniré contigo en tu casa.


–¿Y si me niego? –alzó un poco la barbilla.


–No es recomendable –contestó él–. Además, me debes la cortesía de una explicación.


Ni siquiera ella podía negar esa afirmación.


–De acuerdo –aceptó tras una breve pausa.




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