jueves, 5 de noviembre de 2020

CORAZON SOLITARIO: CAPÍTULO 33

 


—¡Sí! —gritó Pedro, una vez en su cabaña. Tenía ganas de ponerse a dar saltos. Paula iba a quedarse. Y él no tendría que decirle que sus hermanos eran unos miserables.


No se quedaría muchos días, pero sí los suficientes para ponerse bien, que era lo importante. Y él quería celebrarlo con una botella de vino… pero entonces recordó que Paula no podía beber alcohol mientras tomaba antibióticos, de modo que sacó varias latas de limonada de la nevera. Lo celebrarían de forma apropiada cuando estuviese bien del todo.


No Paula y él solos, claro. No.


Pedro imaginó una cena a la luz de las velas, champán y Paula con ese pijama rosa…


De repente, sintió una presión en la entrepierna e intentó reemplazar esa imagen por otra, menos excitante. Luciana, Camilo, Paula y él haciendo una fiesta de despedida. Eso podría ser divertido.


No tanto como la primera imagen, claro.


Sonriendo, marcó el número de Martin Chaves. Como imaginaba, saltó el contestador.


—Soy Pedro Alfonso. Paula se quedará hasta el final de la semana que viene, como estaba previsto —y luego colgó.


No le había contado a Luciana la conversación que mantuvo con el hermano de Paula, sólo que ella le había pedido que los llamase para que fueran a buscarla. Y se quedó helado al ver que tanto Camilo como Lu se mostraban horrorizados. Y habían hecho un gran trabajo convenciéndola para que se quedase. Él no podría haberlo hecho mejor. Él no podría haberlo hecho en absoluto.


Luciana y Camilo la echarían de menos cuando se fuera.


Y, no podía negarlo, él también. Pero un hombre como él no tenía derecho a meterse en la vida de una mujer como Paula Chaves.


Apartando ese pensamiento, tomó las latas de limonada y salió al porche. Era hora de disfrutar de la cena con Paula. Y con Luciana, no podía olvidarse de Luciana.




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