Paula estaba teniendo ese sueño otra vez. El bonito sueño en el que Pedro se inclinaba sobre ella, acariciando su cara. Esa vez la habitación estaba bañada en una suave luz. Intentó sonreír, intentó decirle lo maravilloso que era, pero no era capaz, no le salía la voz.
Y cada vez que respiraba era como si tuviera cristales en la garganta.
Por un momento, le pareció que un par de brazos fuertes la sujetaban y luego todo se volvió negro.
Pedro volvió a aparecer en sus sueños después, pero ella quería que se fuera. ¿Por qué no podía soñar lo que quería? ¿Por qué no podían flotar por el río o estar tumbados en un campo de margaritas con el cielo sobre sus cabezas, escuchando el canto de los pájaros?
Sí, seguía siendo tan sexy como siempre y olía mejor que ningún otro hombre, pero era muy pesado. No quería tomar esas pastillas. ¿Por qué insistía?
Ese sueño era el más irritante porque se veía tan débil como un gatito y no recordaba contra qué quería luchar.
Los sueños eran así.
Que lindo es PP cuando quiere!!!
ResponderBorrarMe encantó cómo la cuida!!!!
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