viernes, 26 de junio de 2020
A TODO RIESGO: CAPITULO 36
El hombre caminaba descalzo por la cálida arena de las dunas, a un kilómetro escaso de la casa Chaves. No podía verla desde allí, oculta como estaba por los edificios de apartamentos.
Pero se la sabía de memoria. Paula Chaves ya no estaba sola. Aquel estúpido caza fortunas no se separaba de ella ni un momento, fingiendo estar enamorado de una mujer que parecía un tonel. Jamás habría imaginado que una mujer tan inteligente como ella terminaría siendo tan ingenua y tan crédula, pero algunas eran así. Un poco de cariño, algunas vanas promesas y se hacía de ellas lo que se quería.
Él ya había disfrutado de las mujeres, de todas las edades, colores y credos, pero con ellas nunca había sentido la excitación que le producía asesinar. Eso sí que constituía el máximo placer.
No podría hacer que pareciera un accidente, tal y como había planeado en un principio. Ya no había tiempo para eso una vez que había fracasado lo de la barandilla y el intento de ahogamiento en la playa. Un simple balazo en la cabeza y todo habría terminado. La mujer no tardaría en volver a su casa. Y cuando lo hiciera, él la estaría esperando… a pesar de su novio.
Se tocó la pistola. Un solo movimiento de su dedo y todo habría terminado. Bang, bang. Todo arreglado. Y el botín para el vencedor.
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