lunes, 15 de junio de 2020

A TODO RIESGO: CAPITULO 3




Plantado en la puerta de la tienda de recuerdos, Pedro Alfonso se quedó mirando discretamente a la mujer embarazada mientras subía a su coche. Era extremadamente atractiva, una belleza clásica de nariz recta y altos pómulos. 


Pelo negro como el ébano, corto, con flequillo; tez olivácea, de aspecto exótico; ojos oscuros y labios llenos. Con una amplia camisa blanca y unos pantalones negros de corte elegante.


Vio que volvía a la autopista para dirigirse hacia el este. Las playas eran de arena blanca como el azúcar y el sol de la tarde convertía el Golfo en un arcoíris de tonos verdes y azules. Había incluso delfines, o al menos eso había oído. Ya los vería al día siguiente.


Porque esa tarde tenía que inspeccionar una enorme y solitaria casa levantada en la playa, donde una mujer embarazada se iba a instalar sola. Salió de la tienda, subió a su coche y encendió el motor. Alcanzó el lujoso vehículo de la mujer justo cuando entraba en el aparcamiento del supermercado. Perfecto. 


Tampoco a él le vendría mal comprar un poco de comida.


Las playas siempre despertaban el apetito… tanto de comida como de excitación. Y esperaba encontrar ambas cosas en Orange Beach.





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