lunes, 25 de mayo de 2020

MI DESTINO: CAPITULO 34





Una vez hubo apagado el cigarrillo, salió por la parte trasera de la cocina y subió hasta la planta donde estaban los despachos. Al ver que la secretaria no se encontraba en su puesto, entró directamente. Allí se topó con un ofuscado Pedro que, al verla, caminó directamente hacia ella, la cogió del brazo, la llevó tras una librería y, aplastándola con su cuerpo, siseó: —Hueles a tabaco.


Con una sonrisa que a él lo bloqueo, ella susurró:
—Oh..., fíjate, ¿será porque he fumado?


Pedro, con gesto serio, la miró y finalmente, dulcificando el rostro, dijo:
—No vuelvas a desaparecer así.


Dispuesta a contestarle, algo que seguramente lo enfadaría más, fue a hablar cuando él la cogió entre sus brazos y la besó. La aprisionó contra la librería y, haciéndole sentir su deseo, murmuró a la vez que ella protestaba al notar que le subía la falda del uniforme:
—Mi secretaria no está...


No hizo falta decir más. Las bragas de Paula volaron segundos después y, contra la librería, él la hizo suya, demostrándole cuánto la deseaba y recordándole que Agustina no era nada para él.


Una vez que hubieron acabado, cuando la soltó en el suelo y ella se puso las bragas, Pedro la miró y, cogiéndola de una mano para que lo mirara, dijo:
—Esta noche tengo un compromiso para cenar y no sé a qué hora acabará.


—¿Con Agustina?


Como no quería mentirle, asintió.


—Ella trabaja para mi grupo empresarial y, aunque la cena nada tiene que ver con la empresa, es importante. —Al ver su gesto de desconfianza, añadió—: Es un tema que he de tratar con ella, con mi padre y otras personas. No desconfíes de mí. Pero mañana por la noche tú y yo tenemos una cita en mi casa y en mi cama. ¿Entendido?


Al final ella sonrió y Pedro, al verla así, murmuró:
—Sonríe, Paula. Estás preciosa cuando lo haces. Y, por favor, no te vayas del restaurante cuando yo esté; al menos, mientras estoy allí, te puedo sentir cerca.


Cinco minutos después, tras varios besos y algo más sosegados, abandonaban el despacho, retomaban sus trabajos y deseaban que llegara la noche siguiente para estar juntos.





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