martes, 28 de abril de 2020

CITA SORPRESA: CAPITULO 43





Paula no sabía qué hacer, pero al menos podría evitarle a Pedro una conversación incómoda. De
modo que sacó sus cosas del dormitorio y cambió las sábanas. Así podrían aparentar que no había pasado nada.


–Te has llevado tus cosas –dijo él después de darle las buenas noches a Ariana.


–Sí, he pensado que sería lo mejor.


–¿Lo mejor?


–Habíamos acordado que dormiríamos juntos sólo mientras Estela estuviera aquí –le recordó
Paula.


–Ya lo sé, pero... sí, tienes razón. No hay razón para seguir como antes.


–No.


Se quedaron en silencio, incómodos, sin saber qué decir.


–Sólo era una cosa temporal.


–Sí, es verdad.


Otra pausa.


–Será mejor que empiece a buscar otro trabajo –dijo Paula.


–¿Dónde vas a buscar? –preguntó él.


–No lo sé. Pero supongo que podría volver a ser secretaria.


–No te gustaría quedarte, ¿verdad? –preguntó Pedro entonces.


A ella le dio un vuelco el corazón.


–Pensé que querías arreglártelas sin un ama de llaves.


–Ésa era la idea, pero... Rosa no puede volver y la verdad es que... he estado pensando en lo
que ha dicho mi hermana. Ariana necesita tener una mujer a su lado y te quiere mucho. Quiere
que te quedes, Paula. Me ha suplicado que te lo pida.


–Ya –murmuró ella.


–¿Te lo pensarías?


–No lo sé. No creo que pueda ser ama de llaves para siempre.


–No como ama de llaves sino... como mi mujer –dijo Pedro entonces, sin mirarla.


–¿Cómo?


–Verás, no sé cómo decirlo... pero estoy pidiéndote que te cases conmigo.


Paula abrió la boca y volvió a cerrarla.


 –Pero... ¿por qué?


–Me parece lo más sensato. Para empezar, resolvería el problema de quién cuida de Derek.


–Ah, ya, claro. Ésa es una razón estupenda –dijo ella, irónica.


–No, en serio. Ariana te quiere mucho. Nunca había querido ni oír hablar de una madrastra, pero tú... tú eres diferente.


–¿Y tú qué piensas?


–Nos hemos llevado muy bien durante estas semanas, ¿no?


Paula pensó en las largas y deliciosas noches, en despertarse con un beso suyo, en volverse y
poder tocarlo...


–Sí, es verdad.


–Y no tendrías que volver a buscar trabajo. Aunque, por supuesto, si quieres trabajar puedes hacerlo, pero un día me dijiste que no tenías grandes ambiciones profesionales, ¿verdad?


–Sí, así es –murmuró Paula.


–Puede que no sea nada romántico, pero hay peores razones para casarse con alguien que la seguridad y... el consuelo.


Cierto, pensó ella, pero siempre había imaginado que se casaría por amor.


–¿Y qué pasa con Ana?


–Yo creo que ella lo entendería. Ana querría lo mejor para Ariana y yo también.


De modo que ni siquiera iba a aparentar que se casaba con ella por amor. Quizá era mejor
así. No lo hubiese creído de otra forma.


Qué curioso, pensó. Uno podía soñar con algo durante años, pero cuando llegaba de verdad
nunca era como en los sueños.


«Cuidado con lo que deseas porque puede hacerse realidad», se recordó a sí misma. Unos
minutos antes soñaba con esa petición de matrimonio y, de repente...


–¿Puedo pensármelo unos días? –preguntó.


–Sí, claro –contestó Pedro, que parecía tan desconcertado como ella–. No quiero que te sientas incómoda, quiero que seas feliz.


Lo único que la haría feliz en aquel momento sería que Pedro la tomase entre sus brazos y le pidiera que se quedase por él, no por Ariana ni por Derek, sino por él.


Pero sería mejor dejar de soñar.


–Me voy a la cama. Ha sido un día muy largo.


–Paula...


–¿Sí?


–Yo... empezó a decir Pedro, nervioso.–No, nada.


1 comentario:

  1. Mmmmmmmmmmm, me huele feo esto, cómo va a ser tan poco romántico Pedro??!! Buenísimos los 3 caps.

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