domingo, 26 de abril de 2020
CITA SORPRESA: CAPITULO 37
Hicieron el amor sin hablar, con un ritmo antiguo e instintivo que los dejó sin aliento a los dos.
El placer se hacía casi insoportable y cuando por fin terminó, Paula se quedó jadeando con la
cabeza del hombre sobre su pecho.
Unos segundos después, Pedro se apartó, mascullando algo que Ariana habría identificado como una palabrota.
–Lo siento. No quería que pasara esto –murmuró.
–Ha sido culpa mía –dijo ella, intentando parecer contrita. Debería sentirse culpable, pero no era así. Llevaba semanas deseando hacer el amor con Pedro y no se sentía en absoluto culpable.
Todo lo contrario:
–Estaba medio dormida –aquello no era del todo verdad, pero estaba demasiado encantada consigo misma como para preocuparse de detalles–. Supongo que me he dejado llevar un poquito.
–Creo que los dos nos hemos dejado llevar –murmuró él, burlón.
Paula se apoyó en el codo para poder mirarlo bien.
–¿Lo lamentas?
–No. Y no puedo decir que no supiera lo que estaba haciendo, pero ha sido muy irresponsable por parte de los dos. ¿Y si te quedas embarazada?
–No lo creo. Sigo tomando la píldora.
Seguía sintiéndose asombrosamente bien, relajada y feliz. Y era una sensación que no quería perder. Sabía que Pedro estaba a punto de decir: «Esto no debe volver a pasan», y no estaba segura de poder soportarlo.
–Mira, no le hemos hecho daño a nadie. Creo que los dos necesitábamos un poco de consuelo y lo hemos encontrado. ¿Qué hay de malo en eso?
No quería alarmarlo demostrándole sus sentimientos.
–No significa nada para ninguno de los dos, pero ésa no es razón para que no lo pasemos bien. Sólo estaré aquí durante unas semanas y ya que compartimos habitación... a menos que tú no quieras, claro.
–Yo diría que puedo resignarme –sonrió Pedro.
Paula tardó un segundo en darse cuenta de que
estaba bromeando.
–Sólo es algo temporal. Sólo mientras tu hermana esté aquí.
–Claro.
–No pasa nada.
–No –dijo él.
–Ninguno de los dos quiere mantener una relación.
–Ya.
Silencio.
Paula lo estudió, incómoda, sin saber qué decir.
¿Estaba lamentando lo que habían hecho? En
la oscuridad, su expresión era más indescifrable que nunca.
Lo importante era que no la había apartado, razonó. Habría más noches como aquella. No podía pedir más. Sería demasiado egoísta pedir que la amase.
Por el momento, decidió Paula, haría lo que habían acordado. Por el momento era suficiente,
pensó, deseando abrazarlo de nuevo.
–De todas formas, siento haberte despertado.
Pedro le pasó un brazo por la cintura y ella tuvo que disimular un suspiro de placer.
–¿Lo sientes mucho? –Paula sonrió.
–¿Quieres que te demuestre cuánto lo siento?
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Ayyyyyyyyyyyy, me encantaron los 3 caps.
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