domingo, 26 de abril de 2020

CITA SORPRESA: CAPITULO 35





Por supuesto, todo parecía muy fácil en la cocina, pero cuando llegó el momento... Al menos había llevado un camisón, pensó. Paula se desnudó en su cuarto y pasó las manos por el delicado satén. Iba a entrar en la habitación de Pedro, iba a tumbarse en su cama... Y estaba nerviosísima.


Cubriéndose con un albornoz, suspiró profundamente y llamó a la puerta.


Pedro la estaba esperando de pie, con un pijama arrugado. Y parecía muy incómodo.


Seguramente no solía dormir con pijama y lo había sacado de algún cajón.


–Yo dormiré en el suelo.


–Pero eso no serviría de nada, ¿no? –murmuró ella, sin mirarlo–. Además, la cama es muy
grande. Hay sitio para los dos. Y supongo que no intentarás propasarte.


Pedro levantó los ojos al cielo.


–Claro que no.


–¿En qué lado duermes?


–A la derecha –contestó él.


Paula se quitó el albornoz y se metió en la cama con aparente tranquilidad. Su profesora de interpretación estaría orgullosa de ella. Lo estaba haciendo como si aquello fuera lo más normal del mundo. Pedro apagó la luz y se tumbó a su lado.


–Buenas noches.


–Buenas noches.


Ya estaba. No había pasado nada. Pedro Alfonso estaba tumbado a su lado y no pasaba nada.


¿Qué iba a pasar? 


Paula se mantuvo tensa, quizá esperando... pero no, unos minutos después sólo podía oír la rítmica respiración de su compañero de cama.


Y poco a poco fue relajándose. Cuando le quedó claro que estaba dormido, se felicitó a sí misma. 


No pasaba nada. No iba a pasar nada en absoluto. Eso era lo que quería, ¿no?






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