viernes, 14 de febrero de 2020

TE ODIO: CAPITULO 35




Pedro la observaba, preguntándose si estaría embarazada. Habían hecho el amor todos los días durante dos semanas…


Cada noche esperaba que Paula sacase el tema. Que le exigiera usar un preservativo o le preguntase por qué no parecía preocupado por un posible embarazo.


Pero ella no preguntó.


Y eso sólo podía significar una cosa: Paula quería casarse con él, a pesar de sus objeciones.


Oh, sí. Ese matrimonio tendría lugar. En semanas, si no antes.


Cuanto más tiempo pasaba, más la respetaba. Y se dio cuenta de que no sólo quería que Paula supervisara sus casas y criara a sus hijos.


Quería que fuera el corazón de su hogar.


Su hogar… Pedro saboreó esa idea. De niño había soñado con tener un hogar de verdad, la clase de familia que se reunía para celebrar fiestas y ocasiones especiales.


La clase de familia en la que un padre enseñaba a su hijo a jugar al fútbol. Pero para tener un hogar necesitaba a una mujer.


Y ahora la tenía.


Paula decía no amarlo, pero el amor aparecía en todos sus gestos. Y Pedro se dio cuenta de que eso, por extraño que fuese para él, era lo que necesitaba en su vida.


Paula sería el corazón de su familia.


Él sería la verja que los mantendría a salvo de todo.


Paula era suya ahora. No dejaría que se casara con Mariano. Era suya y ninguna otra mujer le valdría. Ninguna otra mujer tenía su gracia, su fuego. Su fuerza.


En Paula por fin había encontrado a su pareja ideal. Una mujer que lo retaba fuera y dentro de la cama. Una mujer a la que podía respetar.


Por fin, había encontrado una mujer en la que podía confiar.



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