jueves, 16 de enero de 2020

SIN PALABRAS: CAPITULO 9




Andres manejó el jeep de Alicia y Pedro se fue de copiloto. En la parte de atrás, Alicia sostuvo la mano de Paula, parloteando una insignificante plática. Los sentidos de Pau se perdieron, y el camino al hospital se volvió borroso. La enfermera y el doctor que hablaron con ella cuando llegó, hablaron en chino, árabe o Klingong. Solo cuando entró a la habitación de su madre, la realidad regresó con una claridad de cristal.


El olor de productos de limpieza, sangre seca, y muerte se quedó en sus fosas nasales. El repetitivo ruido agitado del aire siendo forzado adentro y afuera de los pulmones de su madre asaltó sus oídos. Lo peor de todo era que, la visión del rostro inflamado y con moretones de su madre, en medio de cinta y tubos, amenazó con subirle cada onza de alcohol que había consumido. La bilis quemó su garganta.


Alicia agarró su mano y el ligero toque de Pedro aterrizó en su hombro. Es cierto. No estaba sola. Los cuatro instantáneamente habían recobrado la sobriedad y la habían llevado a ver a su madre.


—El soporte de vida es lo único que la mantiene viva —dijo la suave voz del doctor de cabello gris. Su arrugada cara lo colocaba en sus sesenta, quizá en setenta. Sus ojos pálidos color avellana la estudiaron por encima de la montura de sus bifocales.


¿Estaba esperando que respondiera?


—Ya veo —logró susurrar. Su garganta se sintió seca, pero su estómago se asentó. Una extraña sensación de calma descendió en ella como el velo de una novia. Todo permanecía en un enfoque agudo y nítido, pero no sintió nada. Ni pena. Ni arrepentimiento. Ni lástima.


—Siempre le damos a las personas veinticuatro horas para decidir un plan de acción —dijo el doctor de apariencia amable—. Tu madre puede quedarse viva durante años en soporte, pero no tiene actividad cerebral viable. Para todos los intentos y propósitos, tiene muerte cerebral.


Pedro se movió desde su visión periférica. Pudo decir que estaba observando su cara por algún tipo de reacción, pero no tenía ninguna reacción. 


Una disculpa pasó por su cabeza, pero no salió por su boca.


Alicia apretó su mano y regresó hacia a la puerta. ¿Su mejor amiga entendía la mezcla de emociones que la mantenían insensible? ¿Se daba cuenta de la profundidad de las cicatrices mentales que todavía cargaba por haber vivido en esta mujer fría e indiferente?


—Te daré tiempo para que decidas —expresa el doctor, pareciendo listo para irse.


— ¿Qué conexión desconectaríamos? —Su voz sonaba robótica, o como si estuviera escuchándola de la reproducción de una grabación.


—En realidad no desconectamos conexiones, señora Chaves —Caminó hacia el panel con luces, pantallas de monitores, interruptores, botones y el interruptor de emergencia—. Esta palanca simplemente se pasa de Encendido a Apagado. —Su mano apuntó al interruptor que decía energía.


Pedro se movió al lado opuesto de la cama para tener una mejor visión de la madre de ella.


—Gracias, doctor. —Trató de darle una somera expresión de gratitud, pero los músculos en su cara no respondieron.


Caminó hacia ella y colocó su cálida palma en su antebrazo. 


—Tómate tu tiempo. Es una decisión difícil, incluso cuando la opción parece clara.


Se alejó de ella.


—Estaré en el pasillo con Andres —dijo Alicia.


Paula caminó hacia los pies de la cama, asegurándose de no tocarla.


La mirada de Pedro se movió entre ella y la mujer en la cama. Si estaba buscando algún parecido, podía mirar toda la noche, pero no encontraría ninguno. El único regalo significativo que le había dado su madre era no tener ningún lazo de parecido genético. Su madre tenía rasgos afilados y cabello oscuro con ojos avellana. Pau era toda suave, cabello claro, y ojos verdes pálidos. La hinchazón de su rostro en realidad parecía suavizar su apariencia.


Con ella acercándose a la muerte, la voz de su madre estaba benditamente silenciosa. Ni insultos ni burlas estaba en su cabeza. Tampoco había palabras amables.


— ¿No hay últimas palabras finales, madre?


La cabeza de Pedro se movió para encararla. 


¿Había captado su pregunta? ¿Importaba?



No hay comentarios.:

Publicar un comentario