Paula Chaves había conseguido un magnífico empleo. Aquello era estupendo porque su vida no había sido nada fácil desde que su marido la había abandonado por otra mujer, dejándola sola con su hijita.
Pero su nuevo jefe era todo un desafío. El importante abogado Pedro Alfonso, conocido por sus tácticas despiadada, había dejado muy claro desde el principio que esperaba que su secretaría estuviera localizable siempre que la necesitara.
Pero él no sabia que tenia una hija. Entonces lo acompaño a París en un mágico viaje de negocios. Acabó en la cama con él... y supo que se había enamorado.
Estaba a las órdenes del Jefe... en todo lo que deseara.
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