sábado, 30 de noviembre de 2019

SECRETOS DE AMOR: CAPITULO 19




Pedro volvió a mirar los dibujos, preguntándose con qué clase de hombre se habría casado; uno que no la animaba a utilizar su talento, evidentemente.


-Una pena. Quizá podrías terminar tus estudios en el futuro.


-Quizá -asintió ella, pero sabía que no seria así. 


Esa parte de su vida había terminado y las esperanzas y aspiraciones que tuvo una vez parecían sueños de niño comparados con la realidad de ser madre.


-Sólo he pasado por aquí un momento.- Pedro se alejó de su escritorio para apartarse de aquellos ojos grises que le encogían el corazón. Había tristeza en esos ojos. Le habría gustado preguntar si su marido la había obligado a dejar los estudios...


No era asunto suyo, se recordó a sí mismo. Paula Chaves era una mujer casada, vivía con otro hombre y lo mejor seria no prestar atención a esos ojos, cuyas pupilas se dilataban cada vez que entraban en contacto con los suyos. 


-Margarita me ha tenido al tanto de todo. ¿Hay alguna llamada de última hora?


Paula miró su cuaderno.


- Celina Carter-Lloyd, Victoria Patterson, Sara Mittford... Pero la más insistente ha sido Celina.
Parece que eres un hombre muy popular.


Su barbilla levantada, el leve gesto de desdén le dijeron lo que Paula pensaba de eso. Y Pedro tuvo que sonreír.


- Ya sabes, uno no puede estar todo el día trabajando.


Esa sonrisa fue su perdición, reconocería después Paula. Cuando sonreía sus facciones se suavizaban y ella no podía apartar la mirada. Inconscientemente, su lengua trazo el perfil de sus labios...


De repente, el aire se había llenado de una tensión que era casi tangible. La sonrisa de Pedro desapareció. Estaba muy quieto, como un cazador a punto de abalanzarse sobre su presa. 


Solo por eso sus pezones se endurecieron y, avergonzada, sintió un incendio liquido entre sus piernas.


-Pedro, no te esperábamos hoy.


Si Katrina se había percatado de la tensión que había entre ellos no dijo nada, pero la miraba casi con odio... ¿Por qué?


-Sólo he pasado por aquí para recoger unos papeles.


El hechizo estaba roto y Pedro entró en su despacho sin decir nada más, sabiendo que ésa era una excusa patética. No había nada tan vital como para ir a trabajar por la tarde. Había buscado una razón para volver al despacho, furioso consigo mismo por querer ver a Paula.


Pedro! Qué sorpresa. ¿Va todo bien?.- pregunto Margarita.


¿No podia ir a su oficina sin que todo el mundo cuestionara sus motivos? Pedro contuvo su irritación mientras miraba a su ayudante.


- Todo va bien. Se me había olvidado... un informe.


-Ah, muy bien.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario