Estaba dispuesto a utilizar todos los medios a su alcance para mantener cerca a su "peligrosa" vecina…
Lo que menos necesitaba en aquel momento el empresario neozelandés Pedro Alfonso era tener como vecina a una impresionante presentadora de televisión recién convertida en periodista de sociedad. Pedro valoraba su intimidad por encima de todo y no creía que Paula Chaves hubiera dicho la verdad cuando había asegurado que él no tenía nada que pudiera interesarle. Estaba claro que su encantadora vecina tramaba algo y, teniendo que proteger un proyecto de un millón de dólares, Pedro no pensaba dejar que Paula le estropeara los planes.
Así que tendría que tener muy vigilada a aquella belleza…
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