jueves, 28 de marzo de 2019
EN APUROS: CAPITULO 30
—Está bien, chicos: reunión familiar ahora mismo —Pedro condujo a los niños al porche. Se preguntó cómo enfrentarían la situación Ana o Pedro Garcia, el padre perfecto. No tenía la menor idea, así que decidió improvisar sobre la marcha—. Estáis tramando algo, lo sé, así que más vale que me lo digáis claramente.
—Fue idea de Belen —dijo Simon.
—Yo no te dije que metieras la camiseta en la lavadora, y tampoco que estropearas el aspirador —se defendió Belen—. Lo único que te dije es que teníamos que conseguir que Pedro pareciera un poco… inútil, nada más.
—¿Por qué?
—Porque a las mujeres les gustan los patosos —le explicó Simon.
Pedro sintió que un estremecimiento le recorría la espina dorsal, de tal calibre que casi ni se atrevía a seguir preguntando. Sin embargo, tenía que llegar al fondo de aquel asunto.
—A ver si lo he entendido: queríais hacerme pasar por un inútil para que les gustara a las mujeres.
—No —replicó Kevin—, para que le gustaras solo a ella.
—¡Ah! —por lo menos, sus sobrinos tenían un gusto impecable. Si su trabajo no estuviera en peligro y no estuviera enredado en aquel asunto, muy probablemente también él habría cortejado a Paula—. Ahora lo he entendido: queréis que le guste a la señorita Chaves para que pueda mantener mi empleo.
—No exactamente —le aclaró Belen—. Queremos que le gustes de verdad.
—Eso, de verdad —repitió Simon para remachar la idea.
—Chicos, eso es muy amable por vuestra parte, pero creo que soy capaz de buscarme novias yo solito, ¿no os parece?
—No, novias no, tío —le contradijo Kevin.
—Lo que queremos es algo más duradero —dijo Simon.
—¿Algo cómo qué?
—Pues como una esposa —apostilló Belen.
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