sábado, 6 de octubre de 2018

SUGERENTE: CAPITULO 6




Sencillamente, se sintió encandilado al ver a Paula alejarse de él. Se alejó del centro de la sala. En muchas ocasiones había mirado su foto en la portada de alguna revista. Nunca había esperado volver a estar tan cerca de ella.


Se detuvo en el borde de la sala, donde se sentía seguro observando a la gente alternar y divertirse.


—¿Por qué no estás con los demás, Pedro?


Se volvió y vio a la tía de Paula de pie junto a él. Ella le ofreció una copa de champán.


—Me siento más cómodo aquí, señora Jenkins.


—¿Cuándo vas a dejar de llamarme señora Jenkins, Pedro? Después de ser vecinos durante tanto tiempo y de ser amigo de Paula podrías llamarme tía Eva. Si no, voy a tener que empezar a llamarte doctor Alfonso.


Pedro aceptó la copa y rió entre dientes.


—No me deja elección, tía Eva.


—Eso está mejor.


—Paula parece muy feliz.


—Sospecho que lo es, aunque me tiene preocupada. Viaja tanto, va a fiestas con sus amigos de Nueva York y gasta el dinero con tanta profusión… Yo no tenía necesidad de esta fiesta tan grandiosa, pero ella insistió.


—Usted se merece una fiesta así, señora… tía Eva, después de todas las cosas buenas que hizo por ella. No se olvidó de usted.


Sonrió, pero observó a su sobrina con cierta ansiedad.


—No protestaría si sólo fuera una fiesta, pero nos ha llevado a su madre y a mí a Milán, París e incluso Tokio. Fue un viaje maravilloso. He de agradecerle que me mostrara algo de mundo.


—No creo que deba preocuparse. Da la impresión de controlarlo todo.


—Ésa es Paula para ti.


—Su madre no ha cambiado mucho —hizo una mueca—. Lo siento, eso ha estado fuera de lugar.


—No, tienes razón. Su madre está atrapada en lo que Paula hace, no en lo que es.


—¿Cree que eso cambiará alguna vez?


—No lo sé. Quizá algún día —le sonrió—. A lo largo de los años, Paula ha preguntado por ti, pero primero te fuiste a Auburn a estudiar y luego te estableciste en Carolina del Norte. Es estupendo que al fin hayas vuelto a casa.


—Es agradable volver a estar en casa.


Bebió un sorbo de champán y observó a Paula tratar con un invitado tras otro mientras escuchaba a la tía Eva explayarse sobre sus viajes con Paula. Al final, la madre de Paula se la llevó a un lado y dio la impresión de que discutían.






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