viernes, 29 de septiembre de 2017
RUMORES: CAPITULO 6
-Bueno, ¿no eres una chica con suerte?
¿Se suponía que debía replicar aquello?
Parecía que llevar una bata blanca les daba a los médicos unas prerrogativas que no poseían el común de los mortales.
-Te llevaremos al quirófano enseguida y en cuanto alineemos esa tibia, quedarás como nueva. Las costillas te dolerán un tiempo, pero están solo rotas. Ha tenida mucha, mucha...
-Si me dices una vez más la suerte que he tenido, Alejo, tendrás que alinearte tú también la nariz -dijo Paula con debilidad pero con toda la sinceridad de que era capaz.
Su cuñado le dirigió una mirada de enfado.
-Alguien que cae en un foso mecánico y no se rompe el cuello ya ha tenido mucha suerte. Paula.
La sonrisa de ella fue una sombra de la anterior al decir:
-¿Se lo ha contado alguien a mamá y papá ya?
-Pedro insistió en hacerlo él personalmente. Dijo que les produciría menos ansiedad que oír la noticia por teléfono.
-Ya.
Así que allí era donde había ido. Desde que la habían dejado al cargo de su cuñado, no lo había vuelto a ver. Tenía el vergonzoso recuerdo de haberse aferrado a su mano como una niña, pero los detalles los tenía borrosos.
-¿Qué es eso que trae? -preguntó Paula con sospecha al ver aparecer a la enfermera.
-Algo para calmarte, Paula.
-Yo ya estoy calmada. Mucho más calmada que...
-¿Por qué no te callas, Paula, y nos dejas hacer nuestro trabajo? Si prefieres que llamen a otro doctor...
-Nada de eso, Alejo, y estoy bastante contenta contigo mientras tu preciosa ética no interfiera con curar a un miembro de la familia.
-¡Oh, mi ética no tiene nada que ver! Es el personal sanitario el que me preocupa.
Paula seguía murmurando en voz baja para sí misma cuando cayó otra vez en el sopor inducida por las drogas.
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