jueves, 13 de abril de 2017

MI MAYOR REGALO: CAPITULO 12





Al día siguiente, Paula se hallaba sentada a la mesa de la cocina, tomando un tazón de cereales, cuando Pedro llamó a la puerta. Paula no había esperado que se acercara a verla aquella mañana.


—Pasa —dijo-. Está abierta.


Pedro abrió la puerta, pero no entró.


— ¿Te encuentras bien?


Ella asintió.


—Sí, estoy bien.


—Sólo quería decirte que voy a buscarme otro apartamento — anunció él con la mirada fija en el suelo.


—Comprendo.


—He pensado que, después de lo de anoche, será mejor que no vivamos tan cerca—Pedro alzó la vista y la miró directamente—. ¿Estás de acuerdo?


—No... no lo sé —iba a perderlo del todo. Por haber tenido miedo de entregarse a él. Por haber utilizado a Leonel como excusa para no sucumbir a sus caricias.


Paula no soportaba la idea de que la abandonara.


«Mejor ahora que más adelante» se dijo. «Ahora sufrirás, pero más adelante, si os hacéis amantes y te abandona, quedarás completamente destrozada.»


— ¿Estás sugiriendo que deseas que me quede? —inquirió Pedro.


—Sí... No... —Paula se volvió para que él no pudiera verle los ojos—. Tienes razón. Deberías buscar otro apartamento.


—Empezaré a buscar enseguida —dijo Pedro—. Llamaré a la inmobiliaria para ver cuáles hay disponibles.


—La gente se preguntará por qué te trasladas.


—Habrá más rumores si me quedo, ¿no te parece?


—Sí —fue lo único que Paula alcanzó a decir.


—Si me necesitas...


—Te llamaré.


Pedro se marchó rápidamente, dejándola sola. Paula deseó salir corriendo tras él, suplicarle que volviera, que no la abandonara. Pero no se movió. No movió ni un solo músculo. Apenas podía respirar.


«Es mejor así» se dijo. «Ya lo verás. Todo será más fácil cuando se haya ido»








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