lunes, 23 de enero de 2017

UN SECRETO: CAPITULO 24





Cuando Pedro entró en la sala de exposiciones de la primera planta de Alfonso Diamonds era casi mediodía y deseó que Paula no intuyera el torbellino de emociones que se había apoderado de él y que escondía bajo su apariencia de seguridad en sí mismo.


Estaba deseando verla de nuevo, aunque no sabía cuál sería la reacción de ella. Se preguntó si querría que se repitiera la noche que habían vivido o si se arrepentiría de lo que habían hecho.


La encontró ayudando a una pareja de jóvenes al otro lado de la sala de exposiciones. Al acercarse a ellos, vio que estaban mirando algunos anillos. Anillos de diamantes.


—¿Y si elige cuatro o cinco que le gusten? —estaba diciendo Paula.


—Eso sería difícil —aseguró la joven—. Son todos tan bonitos… ¿Cómo elegiría usted?


—Elegiría algo que sea acorde con mi estilo —contestó Paula, que sacó de debajo del mostrador una bandeja con algunas de las piezas más valiosas que poseían—. ¿Ve este anillo? Lleva una piedra estupenda, pero no es ostentoso. Veo muchos diamantes maravillosos, pero para mí éste es especial. Me encanta su color rosa pálido y la simplicidad con la que lo han pulido. Me gustan las cosas sencillas, ya que combinan con mi estilo.


—Es una idea —concedió la joven con entusiasmo. Entonces miró al hombre que tenía al lado—. Colin, elijamos cada uno el anillo que más nos guste y veamos si podemos encontrar alguno que nos guste a los dos.


—Queremos una piedra que sea una inversión, por eso vinimos aquí —dijo Colin, mirando el anillo que había señalado Paula.


—Me gusta ése —declaró la mujer, señalando un diamante con un inusual y bonito color dorado.


—Una buena elección —concedió Paula—. Está diseñado por Dani Hammond, una nueva diseñadora. La gente matará para conseguir sus diseños después de la exposición que se celebrará a finales de mes.


—¿Quiere eso decir que su precio aumentará?


—¡Oh, Colin! —exclamó la joven, dándole un golpe en el brazo a su pareja y riéndose—. Perdónelo, es el típico contable. Pero yo no voy a vender el anillo, así que eso no importa.


—Petra, el diamante no es tan grande y el tamaño de las piedras preciosas sí que importa.


—Los quilates no son lo único a tener en cuenta —terció Pedro—. Hay otros aspectos importantes.


—¿Cómo qué? —preguntó Colin, obviamente satisfecho de tener otra perspectiva masculina.


—Como la forma en la que lo hayan pulido. Dani Hammond es una diseñadora excepcional. Esta gema tiene un diseño único: está pulida de dos formas diferentes y refleja la luz intensamente.


—Es diferente —dijo Petra—. Eso es lo que me encanta del anillo.


—¿Y qué más? —le preguntó entonces Colin a Pedro, claramente no convencido.


—La claridad. Y el color. Esa piedra es de Janderra, una mina que está en una zona del interior y que es famosa por los tenues colores de sus piedras. La intensidad del color de ese diamante es extraña y siempre será muy preciado.


El contable comenzó a parecer un poco más interesado.


—¿Es ése el que realmente quieres, cariño?


Petra asintió con la cabeza enérgicamente.


—Es precioso.


—Lo vas a llevar puesto cada día de tu vida, así que es importante que te encante.


—Lo que es importante es que yo te amo y que tú me amas a mí —contestó ella.




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