viernes, 24 de junio de 2016

TU ME HACES FALTA: EPILOGO





-¿Qué coño estás haciendo? ¿Te has vuelto loca de remate?
Pedro se bajó de Rufus furioso y se acercó al corral donde Paula estaba a punto de montarse en Pegaso.


-¡Cariño, sólo puedo hacerlo yo!- dijo acariciando el cuello de su caballo.


-¡Ni hablar!- saltó la valla y se acercó a ella como un toro furioso- ¡Acabas de terminar la rehabilitación y nos casamos en una semana!


-Pegaso no me hará nada. ¡Me quiere!


-Más te quiero yo como para aguantar otra vez un susto de ese calibre.


Ella le miró con ternura mientras Billy aguantaba la risa- ¿Me quieres, verdad?


-Sabes que sí- dijo entre dientes.


-¿Soy el amor de tu vida?


-¡Estás colmando mi paciencia!


-¿Recuerdas el día de mi cumpleaños? ¿Ese día en que dijiste que harías lo que fuera para que yo no te dejara?


-Paula…


-Pues quiero montar a Pegaso.


-¡Estás loca!


-Así demostrarás que me quieres y respetas mis sentimientos, pensamientos y todas esas cosas. Y te diré que te quiero.


Él entrecerró los ojos – ¿Me estás chantajeando para oírte decir que me quieres? ¡Ya sé que me quieres! ¡Si no, no te casarías conmigo!


-¿Estás seguro? Eres un buen partido- dijo cruzándose de brazos mirándolo analíticamente- Eres guapo, eres rico y estás loco por mí. –Él chasqueó la lengua haciendo reír a carcajadas a Billy- Pero no puedes estar seguro al cien por cien porque nunca te lo he dicho.


-Me lo dirás todos los días- dijo muy serio.


-Sí, después de montar a Pegaso te lo diré a todas horas, mi amor.- le dio un beso en los labios y se acercó a la silla.- Coge las riendas con suavidad- dijo ella metiendo el pie en el estribo.


-Me estás matando –dijo él entre dientes- como te pase algo…


-Estoy bien. ¿Crees que me pondría en riesgo cuando mis padres y Sara están a punto de llegar?- se puso de pie sobre el estribo y esperó la reacción de Pegaso que ni se movió del sitio- Buen chico, Pegaso- pasó la pierna sobre la silla y se sentó lentamente para que se acostumbrara a su peso.


-Muy bien, ya está. Ahora baja.- dijo Pedro aterrorizado.


-Cariño, dame las riendas-Paula acarició el cuello de Pegaso- Voy a darle una vuelta.


-¡Ni hablar! Baja ahora mismo antes de que te baje yo.


-Sólo un paseo por el cercado. No saldré- dijo mirándolo a los ojos- Te lo prometo.


Él le tendió las riendas y ella sonrió sujetándolas.- Bueno, mi precioso –le dijo a Pegaso que estaba muy calmado- Vamos a movernos un poco.- Apretó un poco los talones en sus flancos y se movió dando dos pasos- Muy bien, pequeño. Un poco más- Pegaso empezó a caminar alrededor del cercado mientras Pedro en el centro no perdía ojo. Billy la aplaudía desde fuera- ¡Eres la mejor, Pau!


Cuando consideró que era suficiente por ese día detuvo a Pegaso y pasó la pierna por delante para que Pedro que estaba esperándola la recogiera. Abrazándose a él, suspiró contenta- Te quiero, te quiero tanto que no podría vivir sin ti.- dijo Pedro besándola en los labios.


-Lo mismo digo, mi amor. Te quiero- se besaron apasionadamente mientras algunos de sus hombres silbaban y los vitoreaban.


Se alejó de él para mirarlo a los ojos-¿Sabes por qué quería montarlo hoy?


-No tengo ni idea. Alguna locura de las tuyas.-dijo llevándola a la puerta del cercado.


-Porque en cuanto te dijera que estaba embarazada ya no me dejarías subir.- Pedro se detuvo en seco y la miró como si quisiera matarla. Ella sonrió inocente- Recuerda que me quieres y que no puedes vivir sin mí.


Él se echó a reír abrazándola fuertemente- Dios, nena. Me faltabas tú.



1 comentario: