viernes, 24 de junio de 2016
TU ME HACES FALTA: CAPITULO 30
Judy la dejó descansar ese día pues había sido movidito pero a la mañana siguiente le puso unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes.- Vamos a desayunar.
La miró confundida porque siempre le llevaba una bandeja.
Judy señaló las muletas- ¡Venga que se enfría!- le gritó como un sargento.
-Ya voy… menudo carácter por la mañana.
Cogió las muletas que tenía a su lado y se levantó sobre la pierna sana. Le costaba doblar la rodilla y la posición le hacía doler la cadera- ¿Seguro que sabes lo que haces?
-¿Te digo yo qué debes hacer con un caballo? Mueve el culo.
Se tambaleó un poco por la inseguridad y asustada levantó la vista para ver en la puerta a Pedro mirándola preocupado. –Ven, nena. Gwen tiene listo el desayuno.
Mordiéndose el labio inferior se apoyó en las muletas para levantar el pie sano mientras Judy la acompañaba a su paso.-Lo haces muy bien- dijo él algo inseguro.
-Mentiroso- dijo con esfuerzo.
-Dentro de una semana las tendrás dominadas.
-Eso está mejor.- llegó hasta él y sonrió triunfante.- Me largaré de aquí enseguida.
Pedro puso los ojos en blanco haciendo reír a Judy. Tardó un rato en llegar a la cocina y hubo un momento en que Pedro la tuvo que coger porque por poco se cae de morros, pero no estuvo mal para su primera vez. En el desayuno estaban todos, incluso Billy y Alvaro- ¿Qué celebramos?- preguntó sorprendida.
-Que estás de pie- dijo Cris colocando un enorme plato de tortitas sobre la mesa.-Y…- miró a Pedro.
-¿Y?- volvió la vista a Pedro.
-Nena, hoy es tu cumpleaños.
Abrió la boca sorprendida. –No, mi cumpleaños es el…-frunció el ceño mirando al exterior. No nevaba evidentemente pero su cumpleaños siempre lo asociaba al frío y al estar en cerca de las Navidades.- ¿Hoy es uno de diciembre?
Pedro sonrió –Pues sí- le indicó su silla con la mano.
Gimió al tener un año más. Los veintisiete. –Menuda mierda.
Todos se echaron a reír y ella se acercó a su silla sentándose con cuidado. Judy la ayudó a colocar la pierna en alto pero ella sólo veía las tortitas que se puso a comer con ganas- Están buenísimas- le dijo a Gwen con la boca llena.
-Nena, te vas a atragantar.
-Tengo que engordar, lo ha dicho el médico. ¿Cómo está Pegaso?- le preguntó a Alvaro.
El hombre desvió la mirada-¿Qué?- asustada bajó el tenedor.
-Está algo tristón pero nada que no se solucione con una visita al establo- dijo Pedro intentando tranquilizarla.
-¿Está enfermo?
-Es que hemos tenido que asegurar la puerta para que no se escapara y no se lo ha tomado muy bien.
-¿Qué ha hecho? No se habrá hecho daño.- Cogió las muletas dejándolos a todos con la boca abierta.
-¿A dónde vas?
-Al establo. No me fío.
-¡Pau, siéntate y desayuna!- le gritó Pedro.
-¿Qué le pasa a Pegaso?
-¡Hemos tenido que amarrarle para que no pateara la puerta!
-¡No! ¡Has retrasado su progreso!- le gritó a la cara.
-¡Hice lo que creía mejor para que no se hiciera daño!
Las caras iban de uno al otro- ¿Qué sabrás tú lo que necesita?
-¡He tratado con caballos toda la vida!
-¡Y no tienes ni idea o no te comportarías así!
-¿Más tortitas?- preguntó Gwen intentando relajar el ambiente.
-¡Me voy al establo!- se levantó cogiendo las muletas.
-¡No!- Judy le cogió las muletas apartándolas de ella.- ¡Siéntate y desayuna!
-¡Judy! ¡Está amarrado!
-¡En este momento me importas mucho más tú! ¡Y después del desayuno tenemos rehabilitación, así que deja de fastidiar con el tema!
Se sentó en la silla lentamente. –Está bien, iré después de la rehabilitación
-No.- Pedro apoyó la espalda en el respaldo de su silla- No irás.
-Sí, sí iré.
-No, porque todavía es impredecible y no voy a consentir que te tire.
-Tranquilo, después de la rehabilitación estará tan hecha polvo que no irá a ningún sitio.
-¡Vaya, muchas gracias!- exclamó ella fulminándola con la mirada.
-De nada- la sonrisa de Judy la puso de los nervios.
-Bueno ¿qué te parece si cuando te recuperes hacemos esa fiestecita con los vecinos?- preguntó Cris cambiando de tema.
-¿Para qué?
-¡Pues para que conozcas a los vecinos! –dijo Pedro como si fuera tonta.
-¿Y para que iba a querer conocer a los vecinos si me voy a ir?-La mesa se quedó en silencio y ella los miró confundida- ¿Sabéis que me voy, no?
-No. –Contestó Gwen decepcionada.
Pedro se levantó de la mesa y salió de la cocina dejándola de piedra.-Pensaba que os lo había dicho.
Cris apretó los labios y se levantó- Puede que no vayas a tener una relación con Pedro pero creía que habías venido aquí a realizar un trabajo.
Se sintió como una estúpida porque era verdad. Ella no había ido allí a liarse con nadie, sino a ser la secretaria.-No esperarás que después de…
-Entiendo que tienes una lesión, pero en cuanto te cures no veo donde está el problema de que sigas con tu trabajo.
-Además por tu culpa no tenemos veterinario- apostilló Alvaro indignado.-Se niega a volver.
-Eso por no hablar de que el potro te necesita hasta que esté completamente recuperado- dijo Billy.
Todos la miraban como si los hubiera decepcionado y ella dejó caer los hombros- No pensaba que me fuera os afectaría de ninguna manera.
-Pues es así. No puedes venir hasta aquí y no esperar ser necesaria. Para eso te contraté. Porque te necesitaba.
Se sonrojó intensamente.- Pero Pedro…
-Pedro no tiene nada que ver- dijo Alvaro.-Es adulto y puede asumir perfectamente que no quieres nada con él.
Entrecerró los ojos al escuchar ese tono paternal. ¿La estaban vacilando? Nadie en sus cabales le diría que tenía que quedarse. Eso le oía a otra estrategia para emparejarlos otra vez. Pero decidió seguirles el juego.- ¿Así que me necesitáis?
-¡Claro que sí! No preguntes tonterías- dijo Cris mirando a Billy de reojo. Los había pillado, ellos era los instigadores.
-Bueno, entonces me lo pensaré- dijo sonriendo- De todas maneras por las tardes trabajaré para que si me voy después de la recuperación todo esté como Dios manda- con esas palabras los dejó mudos.- Y también trabajaré con el potro para intentar ayudarlo.
-Bien- se levantó con cuidado y miró a Judy – ¿Empezamos?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario