jueves, 22 de octubre de 2015

EL DESAFIO: CAPITULO 15





–Si tienes algo que decir, papá, ¡por favor dilo! –dijo Paula mientras los dos estaban en la limusina de camino a la inauguración. El tráfico de Nueva York era tan denso y ensordecedor como de costumbre, y el sol de la tarde se colaba entre los rascacielos y resplandecía contra las ventanas tintadas del coche.


–¿Sobre qué, maya doch?


–No te andes con remilgos, papá.


–¿En qué sentido?


Ella suspiró.


–No has dicho nada, pero no finjamos que no sabes que el jueves pasé la noche en el piso de Pedro.


Su padre se encogió de hombros.


–Bueno, eso es asunto tuyo, ¿no?


Ella abrió los ojos de par en par.


–La otra noche le advertiste que se mantuviera alejado de mí –le recordó.


–Ah, te lo ha contado…


–Oh, sí.


–No le hizo gracia mi advertencia, tal como me había imaginado.


–Y sabías que a mí tampoco me gustaría, así que, ¿por qué lo hiciste?


–Para ver cómo reaccionaba Pedro, por supuesto –respondió con satisfacción.


–¿Estabas poniéndolo a prueba? –le preguntó incrédula.


–Estaba intentando ver qué clase de hombre es, sí –admitió sin sentirse culpable.


–¿Y?


Damian esbozó una media sonrisa.


–Al invitarte a salir y pasar la noche contigo a pesar de mi advertencia ha demostrado ser un hombre que no se deja amilanar ni por mí ni por el apellido Chaves.


Y por mucho que quería a su padre, sabía que había llegado el momento de que ella también hiciera lo mismo.


Respiró hondo.


–A Pedro le gustan las vitrinas que he diseñado para tu colección y me ha ofrecido diseñar más para las galerías Arcángel –reveló con tono bajo.


Una emoción difícil de descifrar se reflejó en los ojos de su padre antes de que pudiera enmascararla.


–¿Y deseas hacerlo?


–Sí, mucho.


–Ahora te gusta –fue una afirmación más que una pregunta.


–¡Al menos lo suficiente como para haber pasado una noche con él!


–Tal vez deberíamos discutir esto cuando lleguemos a casa esta noche –sugirió su padre cuando la limusina se detuvo frente a la puerta trasera de la galería.


Damian había querido bajar del coche y subirse a la silla de ruedas ahí en lugar de delante de todos los fotógrafos congregados a la entrada de la galería.


–Hay más cosas que tengo que contarte… sobre el pasado, maya doch. Pero este no es ni momento ni lugar para hacerlo.


Paula miró a su padre y vio una expresión de dolor y tensión.


–¿Estás bien, papá? –puso una mano sobre su hombro y notó cómo le temblaba bajo sus dedos–. Si no estás bien, no tenemos por qué asistir a la gala.


–Estoy perfectamente de salud, hija. Lo de mi corazón y mi mente ya es otra cosa, en cambio. Pero ahora no, Paula –le apretó con fuerza la mano al ver su gesto de nerviosismo–. Disfrutaremos de la gala, tal como habíamos planeado, y hablaremos de todo esto más tarde. Solo espero que puedas perdonarme… –se detuvo.


–¿Perdonarte por qué, papá? –preguntó temiendo que el nerviosismo de su padre tuviera algo que ver con el destino que habían encontrado los tres secuestradores.


–Luego hablamos –repitió con determinación.


Y, por el momento, ella no pudo más que darse por satisfecha con esa respuesta.


Aunque no lo estaba.


Acababa de ver una oscuridad, un dolor profundamente arraigado que nunca antes había visto en la mirada de su padre. Pero ahora mismo no podía pensar en ello; no, cuando tenía que enfrentarse a la odisea de volver a ver a Pedro…







2 comentarios:

  1. Espectaculares los 3 caps. Me tiene intrigada jaja

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  2. Muy buenos capítulos! Pero el padre de Paula me tiene intrigada! y pobre Pedro q se le invirtieron los roles, no está acostumbrado a las actitudes de Pau!

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