sábado, 25 de julio de 2015

EL ESPIA: CAPITULO 5





El despacho de Paula era igual que los despachos de otros directores del Servicio de Inteligencia. Grande, con un pequeño apartamento para cuando no podía ir a casa a dormir porque había mucho trabajo o por si necesitaba un par de horas de sueño después de un turno de treinta y seis horas.


Pedro ya no era estrictamente su responsabilidad. En realidad, podría haberlo dejado con Corbin, pero ella, como todos los demás en el edificio, tenía un gran interés por cualquier información que pudiese divulgar.


Aunque Pedro Alfonso no parecía inclinado a divulgar nada, al menos a Corbin.


Paula miró el informe del interrogatorio de Pedro por última vez antes de echarse hacia atrás en el sillón, girando la cabeza para controlar la tensión en el cuello. Solo era martes por la mañana, pero sentía como si llevase allí una eternidad.


Suspirando, pulsó el botón del intercomunicador.


—Sam, dile al agente Alfonso que venga a mi despacho en cuanto salga del interrogatorio.


Muchos no se tragaban la versión de cuento de hadas que estaba contando Pedro y desde esa mañana se le había encargado la tarea de conseguir su confianza y sacarle la verdad.


Si era capaz de hacerlo.







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