viernes, 26 de junio de 2015

EN SU CAMA: CAPITULO 31





Eduardo estaba tumbado en su cama con el amor de su vida entre sus brazos.


Eva se movió y abrió los ojos.


—Mmm —dijo ella y se incorporó—. Conozco esa mirada. Estás pensando demasiado. ¿Ya estás arrepintiéndote?


—¿Estás de broma? —él casi se echó a reír, aunque el tema no era para reírse—. Nunca he sido más feliz en mi vida.


—Ni yo —dijo ella sonriendo—. Siento que me costara tanto darme cuenta.


—No pasa nada. ¿Qué son treinta años más o menos entre dos almas gemelas? Te quiero, Eva.


—Oh, Eduardo, yo también te quiero. Te quiero tanto —le acarició la mejilla—. Así que, si estamos bien…


—No sé tú, pero yo estoy más que bien.


Eva se echó a reír.


—Sólo quiero saber a qué viene la expresión ceñuda.


—Es por Pedro.


—Ah —soltó un largo suspiro mientras continuaba acariciándolo—. Vas a meterte de por medio, ¿verdad?


—Por supuesto que sí. Es lo que mejor se me da.


—Eduardo…


—No. Esta vez tengo un buen plan. Escucha…


Se acercó al oído de Eva mientras tiraba de la sábana que tapaba su glorioso cuerpo desnudo, susurrándole sus planes mientras le hacía el amor otra vez.


—¿Qué te parece? —le preguntó cuando pudo hablar de nuevo.


Eva suspiró, radiante de felicidad.


—¿Sabes qué? Llámame loca, pero creo que tal vez funcione.







No hay comentarios.:

Publicar un comentario