lunes, 1 de junio de 2015

EL HIJO OCULTO: CAPITULO 11




Pedro estaba sentado en una butaca de cuero negro en la central de Alfonso Corporation en Atenas. Sobre la mesa tenía una carpeta con documentación que le había entregado quince minutos antes Leo Kakis, su amigo y jefe de la empresa de seguridad que utilizaba a menudo.


¿De veras quería abrirla? Tenía un día muy ocupado y varias cosas importantes que hacer. Pero desde que había asistido al baile de la embajada en Londres, dos semanas antes, el ritmo de su vida se veía alterado. Y todo por Paula Chaves.


Pedro no podía concentrarse en su trabajo.


Y no le había propuesto matrimonio a Sophia. Más bien al contrario. Le había dicho que la relación no funcionaría y había regresado a Grecia al día siguiente. Uno de los motivos había sido que, desde que la vio en la fiesta, no había podido dejar de pensar en Paula. Era probable que Sophia y su padre no volvieran a dirigirle la palabra.


Cuanto más pensaba en la manera en que había reaccionado Paula aquella noche, más convencido estaba que se le escapaba algo. Tenía la sensación de que Paula trataba de engañarlo...


Su frialdad, la manera en que había continuado fingiendo que no se conocían, su manera de reaccionar cuando él la abrazó, y la mirada de pánico que percibió en sus ojos cuando paró la música y salieron de la pista de baile...


Ella había evitado volver a mirarlo durante el resto de la noche. Él lo sabía porque no había dejado de mirarla, y desde entonces no paraba de preguntarse por qué.


Ésa era su excusa para contratar a la agencia de seguridad de Leo...


Pero en realidad, ver a Paula le había provocado recuerdos que él creía que hacía mucho tiempo había olvidado. El más destacado, la sensación de estar dentro de su cuerpo caliente y húmedo y con sus fabulosas piernas alrededor del cuerpo.


Pedro hizo una mueca. Había sufrido un estado de casi continua excitación desde entonces, excepto cuando, desafortunadamente, después del baile acompañó a Sophia a su dormitorio, la tomó entre sus brazos ¡y su cuerpo no reaccionó!


Durante un instante pensó en insistir, en fantasear con Paula... Pero en ese momento, la incómoda verdad se hizo presente. Llevaba años mintiéndose a sí mismo. Nunca había disfrutado del sexo como lo había hecho con Paula, de hecho, durante los dos años siguientes a que ella se marchara, ¡no había tenido relaciones sexuales! Y respecto a las dos mujeres con las que había salido desde entonces, no podía estar seguro de si lo que había compartido con Paula tenía algo que ver con la mala calidad de las relaciones y su corta duración.


Fue entonces cuando decidió que el matrimonio con Sophia no funcionaría bien. Sophia era una amiga y no se merecía un marido que no sintiera pasión por ella. De ahí que rompiera con ella.


Pedro agarró la carpeta. Dentro estaban los detalles de la vida de Paula Chaves a partir de la semana que se marchó del apartamento de Londres. Él le había dado a Leo esa fecha en concreto, puesto que sabía muy bien lo que había sucedido antes...


Despacio, abrió la carpeta y comenzó a leer.


Cinco minutos más tarde, Pedro miró un instante la foto de la madre y el hijo que aparecía en la parte trasera del informe y dejó la carpeta en la mesa. Después, girándose en la butaca, miró por la ventana de su despacho y frunció el ceño al sentir el sol de octubre.


Un mes después de graduarse en la universidad, Paula Chaves había regresado a casa para vivir con su tía en un pequeño pueblo de Dorset. Había pasado casi un año formándose como profesora y estaba trabajando en un
colegio de chicas de allí. Se había comprado la casita de al lado de la de su tía y allí vivía una vida tranquila con su familia. Era un miembro respetado de la comunidad y a todos aquéllos que la conocían les caía bien.


Pero lo que provocó en Pedro una oleada de rabia inesperada fue la noticia de que Paula era madre soltera de un niño de cuatro años. Enseguida se percató de que el niño había nacido sólo siete meses y una semana después del aborto de su hijo, y en la partida de nacimiento no figuraba registrado el nombre del padre.


No podía creerlo. Y en el fondo, no quería hacerlo, pero no le quedaba más remedio. El bebé había nacido en el hospital Bowesmartin Cottage, en el condado de Dorset. Sin duda, el bebé debía de haber Sido prematuro.


La dulce e inocente Paula que Pedro había conocido ya no era nada para él. Pertenecía al pasado y debería quedarse así.


Durante años él se había sentido un poco culpable por lo que había sucedido entre ellos, pero ya no...


Paula no había tardado más de una semana en acostarse con otro hombre y quedarse embarazada de nuevo. ¿Quizá era el tipo de mujer que deseaba más tener un hijo que una pareja? Pero ésas solían ser mujeres maduras presionadas por su reloj biológico, algo que no podía aplicarse a Paula.


¿Y qué más le daba? La relación había terminado hacía mucho tiempo. Lo que Paula Chaves hiciera con su vida no era asunto suyo...


Volviéndose hacia el escritorio dispuesto a apartarla de su pensamiento y a ponerse a trabajar de una vez, agarró la carpeta para guardarla y dudó un instante.


Había algo que no le cuadraba con lo de Paula y su hijo...


Agarró la foto y la miró de cerca. Había sido tomada desde la distancia y al fondo salían otras personas. Los rasgos de la madre y del niño que aparecían en primer plano eran bastante claros, aunque el color de los ojos era indescifrable. 


Paula estaba junto a la verja del colegio sonriendo al niño de cabello oscuro que estaba agarrado de su mano.


Cuanto más miraba la foto, más reconocía a quienes aparecían en ella.


Se puso en pie. Si sus sospechas eran ciertas, Paula Chaves debía de ser una gran actriz y la mujer más malvada que había conocido nunca.


Con una expresión muy tensa, salió al despacho de su secretaria y le pidió que cancelara todas las citas que tuviera en Atenas. Se marcharía a la oficina de Londres. Ella tenía que llamar a la empresa de transporte aéreo para que lo llevaran a Inglaterra lo antes posible. No necesitaba acudir a la agencia de Leo para hacer lo que tenía en mente. Llevaría a cabo su investigación personal, y si era verdad lo que sospechaba, haría que Paula pagara por su despreciable mentira durante el resto de sus días.







3 comentarios:

  1. Ayyyyyyy, x favorrrrrrr qué caps más intensos!!!!!!!!!!! Está buenísima esta historia!!!!!!!

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  2. Mama mia... al final nacio nomaa el hijo de Pedro.. fue todo un acting !! Aiaiayyy se va a armar

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  3. No entiendo! qué fue lo que pasó??? Necesito que Paula explique esto! Muy buenos capítulos!

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