jueves, 23 de abril de 2015

CHANTAJE: CAPITULO 17





Paula se detuvo al entrar en el estudio. Era la última en llegar, pero no podía demorar más lo inevitable. Pedro se acabaría marchando, independientemente de lo que dijera el testamento. Su irresistible atractivo casi la había hecho olvidarse de eso. Lástima que su actitud no bastara para enfriarle la libido.


Pedro se acercó como si quisiera hablar con ella, pero Paula lo ignoró. No era el mejor momento para enfrentarse a él. Se dirigió hacia el sofá y tomó asiento junto a Luciano, quien le sonrió. Que Pedro pensara lo que quisiera.


Canton sacó los documentos de su maletín y a Paula se le encogió el pecho. Además de los nietos de Renato estaban Nolen y Maria. ¿Había sido el propósito de Renato controlarlos a todos? Nunca había confiado en él, ni vivo ni muerto. Pero con el bienestar de Lily en juego no podía dar la espalda a lo que estuviera escrito en aquellos papeles. Lily era lo único que le importaba. Ni su corazón roto ni el maldito orgullo de Pedro. Solo Lily, la mujer que lo había sacrificado todo por sus seres queridos.


–Como os podréis imaginar –comenzó Canton–, Renato dejó instrucciones muy detalladas sobre cómo debían continuar las cosas después de su muerte.


Todos se removieron en sus asientos. Canton sabía lo que se avecinaba. Lo decía el brillo de sus pequeños ojos tras las gafas.


–¿Queréis que os lea el testamento íntegro o preferís un resumen? –les dio a elegir.


–Dinos tan solo cómo podemos deshacer el enredo que montó Renato… Mi madre, la fábrica y este matrimonio –exigió Pedro. Paula fingió que no le dolía que la clasificaran como parte de un enredo. Entendía cómo debía de sentirse Pedro, y además, a ella siempre la habían visto como un estorbo.


–Los trámites de divorcio son sencillos y pueden iniciarse enseguida –dijo Julian.


–Sí, pero un divorcio dejaría a Paula en una posición desfavorable.


Paula respiró hondo. Era inevitable tener aquella discusión, por muy dolorosa que fuera.


–¿Y la nulidad matrimonial? –sugirió Luciano.


–Eso sería aún más sencillo –confirmó Julian.


–Sí –dijo Canton–. Una anulación sería un proceso muy sencillo –miró a Paula y arqueó una ceja–. Pero un requisito indispensable es que el matrimonio no haya sido consumado, y no creo que ese sea el caso…


Paula bajó la mirada y se encogió de vergüenza. Que se hablara de su sexualidad en una habitación llena de testosterona era lo último que quería.


–¿Y si declaramos que hubo coacción? –preguntó Pedro.


Paula levantó la cabeza. ¿Estaba Pedro sugiriendo que…?


–Renato me coaccionó para que hiciera esto –continuó él–. 
Paula se ofreció voluntaria, pero solo intentaba ayudarnos a mí y a Lily. Tenemos que enfocarlo desde esa perspectiva.


–No importa –respondió Canton–. Renato quería que todo siguiera igual. Si me dejáis continuar…


–Adelante –exigió Pedro. Julian y Luciano asintieron, y Paula permaneció en silencio. No quería nada de aquel testamento. Nada, salvo que le dejaran cuidar de su amiga
en paz.


–Renato cambió su testamento después del regreso de Pedro y el posterior matrimonio.


Paula oyó maldecir a Pedro y suspirar a Luciano.


–Su deseo era que el matrimonio durase todo el año, y estaba convencido de que intentarías romper el trato si él moría.


A Paula se le revolvió el estómago. Renato conocía demasiado bien a su nieto.


–¿Y con qué va a amenazarme ahora? –preguntó Pedro con irritación–. Ya no puede usar a mi madre para chantajearme.


La sonrisa de Canton le recordó a Paula al hombre al que había temido y despreciado mientras estaba vivo.


–¿Quién ha dicho que Lily ya no cuente?


Paula dio un grito ahogado.


–¿Qué estás diciendo?


–Digo que te quedarás aquí y cuidarás de Lily y que Pedro se quedará para ocuparse de la fábrica, tal y como quería Renato.


–¿Por qué?


–Porque la custodia de Lily depende ahora de mí, como también el control de las finanzas de la familia.


Los hombres que la rodeaban se pusieron en pie y empezaron a maldecir, pero Paula permaneció inmóvil en el sofá. El miedo por su futuro y por el de Lily le impedía respirar, pero una parte de ella, una pequeña parte que se negaba a aceptar, se alegraba de que Pedro no pudiera marcharse.


–Todo seguirá como hasta ahora. A final de año se repartirá la herencia y la custodia de Lily recaerá en Julian.


Pedro se adelantó, echándole una mirada asesina a Canton.


–¿Por qué quieres controlar a una mujer que no puede defenderse, apartándola de su familia y amenazando su salud? ¿Serías capaz de dejar sin trabajo a todo un pueblo?


–No puedes hacerlo –añadió Julian–. Se trata de nuestra madre. Podemos impedirlo.


–Según este testamento sí puedo hacerlo –arguyó Canton, agitando los papeles–. Podéis recurrir, pero el proceso llevaría más tiempo del que Pedro y Paula tienen que respetar para cumplir las condiciones. Si se ciñen a las instrucciones de Renato, vuestra madre estará perfectamente.


–Espera –dijo Paula, levantándose–. ¿Has dicho que se repartirá la herencia?


–Sí.


–Puesto que están presentes, supongo que Maria y Nolen también recibirán algo, ¿no? ¿Van a tener que esperar a que cumplamos los requisitos antes de recibir su parte?


–No lo he decidido yo, querida. Está en el testamento. Si no se cumple la última voluntad de Renato, se procederá a la liquidación de los bienes y al traslado de Lily, y nadie recibirá nada. Julian tendrá la custodia de Lily, pero la herencia irá a la universidad y la fábrica se cerrará.


–La jubilación de Nolen y Maria depende de esa herencia –le recordó Paula. Después de todo lo que habían sufrido con Renato merecían pasar el resto de sus vidas con una pensión decente–. De modo que si no acatamos los deseos de Renato será peor para todos… ¿Vas a cumplir sus instrucciones al pie de la letra?


–Sí.


–¿Pero por qué? –preguntó, horrorizada.


–Por dinero –espetó Pedro con asco–. ¿Por qué si no? ¿Fue generoso contigo, Canton?


La rata volvió a asentir.


–Mucho. Pero Renato Alfonso era mi cliente y estoy obligado a cumplir su voluntad. Os aconsejo que os atengáis al testamento y no emprendáis acciones legales.








3 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos! Ni muerto los deja en paz Renato!

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  2. Pero que viejo decrépito ese Renato, hasta de muerto los jode. Muy buenos los 3 caps.

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  3. Bien por el viejo Renato !! al menos Pedro se tiene q quedar.... asi la historia cambia, para bien !!!!

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