lunes, 9 de marzo de 2015

PECADO Y SEDUCCION: CAPITULO 14




Paula se estaba dando los últimos toques de rímel cuando Luciana entró en la habitación. Se dio la vuelta en el taburete para mirar a su amiga, que ya se había puesto el regio vestido de noche. El corte imperio no disimulaba su embarazo.


—¿Cómo está Kamel?


—Bueno, él dice que bien —Luciana puso los ojos en blanco, no podía disimular la preocupación por la salud de su marido—. Pero lo cierto es que tiene fiebre y una cara fatal. Ojalá pudiera quedarme con él… —su amiga dibujó una sonrisa brillante y murmuró—: pero el deber me llama y los médicos dicen que los antibióticos le dejarán K.O. hasta mañana por la mañana. Tiene suerte de no haber pillado una neumonía…


—Se pondrá bien.


—Por supuesto que sí. No sabes cuánto te agradezco que estés aquí, Paula. Es la primera vez que organizo yo sola una cosa de estas y Kamel es el patrocinador de la obra benéfica, así que para mí es muy importante que haya un rostro amigo. Espero hacerlo bien.


—Lo vas a hacer de maravilla, y ya sé que me lo agradeces porque me lo has repetido diez millones de veces. No hacía falta. Ni tampoco este vestido —miró de reojo el vestido de un importante diseñador que había escogido de un perchero rodante con prendas similares que su amiga había metido en la habitación.


—Estás impresionante, Paula.


Paula alzó la vista y se le sonrojaron levemente las mejillas. 


Unas semanas atrás no habría creído las palabras de Luciana, aunque tampoco habría tenido la confianza necesaria para llevar aquel vestido rojo que se le ajustaba al cuerpo como un guante, resaltándole los senos, enfatizando su estrecha cintura y la suave curva de las caderas antes de caer a las rodillas con estilo flamenco.


Estar con Pedro aquellas últimas semanas había logrado proporcionarle confianza en su propia sexualidad y en su encanto femenino. Aquello era un plus que había que añadir al estupendo sexo, y su risa… la parte mala… Paula compuso una sonrisa y se prometió que aquella noche no iría por ahí.


¿A quién quería engañar? Se había enamorado de Pedro y tenía que disimularlo. Enterrarlo. No había otro modo de lidiar con aquella situación.


Se había enamorado completamente de un hombre que personificaba todo lo que se había pasado la vida evitando, y ni siquiera tenían una relación de verdad. Pero lo importante era que ella ponía sus normas.


Paula cerró los ojos. A efectos prácticos, aquello significaba que no estaba disponible cuando Pedro chasqueaba los dedos, aunque en realidad lo estuviera. Aunque significara pasar noches solitarias y tristes cuando podría estar compartiendo su cama con él. Se repetía constantemente que valía la pena, porque significaba que ella tenía el control.


Paula reconocía el autoengaño, pero no era tan valiente como para admitirlo.


—Y no recuerdo cuándo fue la última vez que te vi con el pelo suelto. Apenas te reconozco —continuó Luciana.


—Yo tampoco me reconozco a mí misma últimamente —admitió Paula cuando las dos mujeres salieron de la habitación.


Con las cámaras grabando cada gesto y bajo la luz de las lámparas de araña, Luciana pronunció un discurso en nombre de su marido con calma y dignidad. De hecho, estuvo tan bien que Paula dejó de pensar en Pedro durante diez minutos.


¿Qué estaría haciendo?


¿Con quién estaba hablando?


¿Qué pensaría de su vestido?



*****


Pedro tenía pensado pasarse al final de la velada porque Kamel era un buen amigo y él siempre había despreciado a los hombres que se olvidaban de sus amigos cuando tenían una relación sentimental. Aunque aquel no era su caso. Paula y él tenían una relación civilizada, y aunque eso era distinto a sus otras relaciones en muchos sentidos, seguía sin ser algo permanente.


Josefina había optado recientemente por estar interna durante la semana en el colegio, y esa era la única razón por la que Paula dormía en su casa, aunque no tantas veces como a él le hubiera gustado. Paula tenía una vida de la que él no formaba parte, y viceversa. Pedro se estaba diciendo a sí mismo lo ideal que resultaba para él aquella situación cuando aquellos dos mundos chocaron.


Fue completamente inesperado. Pedro se limitó a girar la cabeza para ver qué miraba el rubio con título que le habían presentado nada más llegar, y se dio cuenta de que estaba mirando a una mujer. A su Paula, que parecía completamente en su salsa, sonriendo con aquel vestido rojo tan sexy. Pedro sintió cómo le subía la temperatura al recorrer con la mirada las sinuosas curvas de su cuerpo. ¡No debería llevar un vestido así fuera de los confines de su habitación!


Sin ser consciente de que le estaba dando la espalda a un embajador que se le había acercado con la mano extendida, Pedro cruzó la sala.


—¿Qué diablos estás haciendo aquí? —le bramó a Paula al oído.


Fue Luciana, que estaba al lado de su amiga, quien parpadeó al mirar aquella figura alta que se cernía sobre Paula como un ángel oscuro y vengador.


La impresión de Paula dio paso a la indignación.


—¿Hay alguna razón por la que no debería estar aquí? —respondió con falsa calma.


—Podrías habérmelo mencionado.


Paula alzó las cejas.


—Tú estás aquí, ¿acaso me lo habías mencionado? —Paula se tapó la boca con la mano y murmuró—: Hay un equipo de cámaras esta noche aquí, Pedro. ¿Quieres transmitirle esta imagen al mundo? —se quitó la mano de la boca y añadió alegremente—: Conoces a Luciana, ¿verdad?


Pedro inclinó la cabeza sin apartar la mirada de Paula y dijo:
—Princesa, he sabido que Kamel no se encuentra bien. Lo lamento —luego se giró hacia Paula y añadió—: Me voy a casa, ¿vienes?


Luciana contuvo el aliento de forma audible.


Pedro la miró un instante y luego volvió a dirigir la vista hacia su amante. ¿Ni siquiera le había dicho a su mejor amiga que estaban juntos?


Creía que las mujeres lo compartían todo… al menos todo lo importante. Se lo tomó como una traición. ¿Acaso se avergonzaba de él?


Paula entornó los ojos.


—No, no voy a ir.


Pedro se encogió ostensiblemente de hombros.


—Muy bien. El viernes me voy a Nueva York.


—Que tengas buen vuelo.




3 comentarios:

  1. Cómo que termina mañana, no puede ser, faltan muchas cosas x resolver. Buenísima esta historia.

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  2. Queeeeeee ? Ya termina ? Ayy la voy a extrañar

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  3. Muy buenos capítulos! Pero... cómo que ya termina??? :(

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