jueves, 12 de febrero de 2015

UNA NOCHE DIFERENTE; CAPITULO 6




Se había dicho a sí mismo que no iría a la boda. Se lo había dicho mientras abordaba el avión en Nueva York rumbo a Grecia. Y mientras conducía del aeropuerto a la finca de los Chaves, donde se iba a celebrar la boda.


Todo el mundo conocía el lugar de la celebración. Había sido una noticia internacional. La boda del ejecutivo rompecorazones Alejo Kouros con la adorada heredera Chaves. 


Las fotografías del acontecimiento se venderían por una fortuna, el mundo esperaba con el aliento contenido cualquier migaja de información. Lo había leído en cada revista y en cada diario desde que abandonó Corfú. Desde que Paula Chaves lo echó de su cama.


Nunca en toda su vida lo habían deseado de aquella forma. 


En algún momento del transcurso de la noche se había olvidado de que él no era sencillamente Pedro, ni ella Paula. Había sido simplemente un hombre deseando a una mujer. No un hombre reconcomido por la venganza.


Pero su dulce voz llamándolo Pedro y penetrando en su sueño lo había devuelto a la realidad. Y entonces todo se había ido al infierno. No había disfrutado nada de aquel momento. Del momento en que ella descubrió que él era el enemigo de Alejo. El hecho lo había sorprendido. Y más sorprendente era que no se lo hubiera contado a Alejo, después de que ella le pidiera, con lágrimas en los ojos, que no lo hiciese.


Porque… ¿qué sentido tenía que se hubiera tomado tantas molestias para poseer a la mujer de Alejo si luego no se lo decía? La había seducido prácticamente al pie del altar, con lo que podía impedir el matrimonio y arruinar al mismo tiempo los planes de Alejo para quedarse con la compañía Chaves, que había sido su verdadero objetivo. Y, sin embargo, no había hecho la llamada.


Lo cual era un verdadero misterio para él. Como también lo era que, en aquel instante, se encontrara en la finca de los Chaves provisto de una invitación hábilmente falsificada que lo facultaba para ser uno de los primeros invitados admitidos y disfrutar de un recorrido previo por la propiedad. Entregó la tarjeta a la mujer que atendía a los que iban llegando. Iba vestida toda de negro, con su rubio cabello recogido en un apretado moño. La propia decoración del lugar, desde las guirnaldas a las flores, era severa y elegante. Sin frivolidades románticas.


—Siga el sendero que lleva al jardín, por favor, señor Kyriakis. Ya han empezado a servir los refrigerios.


Bonito alias. Teniendo en cuenta que se había pasado la vida entera ocultándose detrás de ellos, aquel le gustaba. 


Siguió las instrucciones de la mujer y echó a andar por el sendero hasta la parte trasera de la casa. El terreno era enorme, con filas de sillas que daban al altar y, detrás, el mar. Todo blanco. Puro y cristalino.


La mujer que él había conocido no se había mostrado tan pura. Había enredado las piernas en torno a sus caderas, con su aliento abrasándole el oído mientras gemía de placer. El recuerdo le arrancó un estremecimiento. No le habían faltado las mujeres a alguien como él, que se había criado en las calles desde que tenía catorce años, liberado de toda tutela. ¿Por qué entonces se había quedado tan fascinado con una noche de sexo con una virgen? No podía entenderlo. Quizá hubiera existido una satisfacción adicional en el hecho de que se la hubiera quitado a Alejo. Porque le había robado lo que seguramente él habría tenido por un valioso regalo de boda.


Solo tenía que pensar en Alejo para que se le revolviera el estómago. Si no hubiera decidido hacía años que el asesinato no era un buen plan, lo estaría considerando en aquel instante. Fantaseaba con la idea, sí, pero no la pondría en práctica. Era un bastardo… porque la vida lo había hecho así. Pero no era un desalmado. Al contrario que Alejo. Al contrario que el padre de ambos.


Pensó en su madre, que había sido capaz de hacer lo que fuera para conseguir su siguiente dosis. Una esclava, una víctima. Viviendo en la miseria pero rodeada por la opulencia. Esclavizada a su adicción y viviendo en la mansión del amo como un extraño accesorio decorativo. Una relación perversa a la que ella había llamado «amor». El tipo de amor que, una vez cercenado, la había dejado muriéndose desangrada en el suelo. Una mancha carmesí en el recuerdo de Pedro que nada lograría borrar. Los años de éxito no cambiarían eso. No le devolverían a su madre. Y mientras tanto Alejo seguía en la cumbre, impasible.


Alejo podía aparentar ser todo lo respetable que quisiera, pero Pedro conocía la verdad. Porque la verdad también estaba en él. Pero al menos él no se comportaba como si fuera otra cosa que un bastardo, mientras que Alejo se las daba de haber pasado por todo y haber salido limpio. Cerró los puños y alzó la mirada a la casa. Había un pequeño grupo de gente que se dirigía al interior guiado por una empleada. Se dirigió hacia allí para incorporarse a la cola. 


Todo el mundo escuchaba deslumbrado la cháchara de la mujer sobre los frescos del exterior, que habían sido retirados de una antigua iglesia.


Eso a Pedro no le importaba. Grecia era vieja. Y él había dormido en más ruinas antiguas de las que podía recordar. 


Era un incondicional de las cosas modernas. Como lo había sido su madre. Siempre y cuando no fuera al precio de tener que vivir bajo el mismo techo que un violento y pervertido psicópata sexual. Sí, había preferido las ruinas a aquella vida.


Siguió a los demás al interior de la casa, pero tan pronto como desaparecieron detrás de la primera esquina, se separó de ellos para subir las escaleras.


—Tengo que entregar un regalo a la novia —le dijo a una sirvienta que pasaba a su lado—. ¿Dónde puedo encontrarla?


—La señorita Paula está en su suite. Al final del pasillo a la izquierda —respondió la mujer sin pestañear.


Nadie lo detuvo. Porque encajaba en aquel ambiente y hablaba con confianza. Como resultado, nadie se preguntaba si pertenecía o no a aquella casa. Asintió con la cabeza y siguió andando en la dirección que le había indicado la mujer.



5 comentarios:

  1. Ayyyyyy, qué intriga x favor!!!!!!!! Genial esta historia.

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  2. Pedrito, pedrito que has hecho jajajajaja me encanta la nove

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  3. Wow! que historia tan atrapante! llena de misterios y venganza! Y Paula víctima de todo eso! Me encanta!

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  4. .... pero por q Pau era virgen, dsp de años de novios ? Mmmmmm no sera gay Alejin ? digo jajajajajjaj

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