martes, 10 de agosto de 2021

QUIERO TU CORAZÓN: CAPÍTULO 1

 

Paula Chaves se arregló el generoso escote de su blusa y enderezó la cintura de la minifalda negra de cuero. Respiró hondo, empujó la puerta que daba a la sala de juegos de mesa del elegante Thunder Canyon Resort, donde su novio, Damián Traub, jugaba al póquer con sus amigos y su hermano Darío.


—Vaya, hola, chicos —posó exageradamente con una mano en la cadera a medida que los seis hombres se giraban para mirarla.


Durante un momento, reinó el silencio salvo por el sonido que hicieron con las sillas los hermanos Alfonso cuando se pusieron de pie.


—Buenas noches, Paula —saludó Mauricio Alfonso.


La sonrisa presumida del doctor, atractivo como una estrella de una serie televisiva, le provocó un escalofrío de placer. Había salido con él algunas veces, pero nunca en serio. Su hermano menor, Pedro, se mantenía en silencio a su lado. Si sonriera más a menudo, Pedro podría llegar a ser más apuesto que Mauricio. Ella sentía debilidad por el pelo y los ojos oscuros.


—Oh, no os levantéis por mí —exclamó con un leve toque de sarcasmo a medida que miraba a los demás, su novio incluido, que seguían sentados como si tuvieran los traseros pegados a las sillas.


A regañadientes, también ellos se incorporaron. Rodrigo Chilton y el jefe de Paula, Gaston Clifton, mostraban expresiones de leve desaprobación. Todo el mundo sabía que la actitud de Rodrigo hacia las mujeres iba con un siglo de retraso con los tiempos modernos, pero por lo general, Gastón se mostraba más contento de verla.


Quizá no debería haberse presentado allí, pero había querido recordarle a Damián lo que se estaba perdiendo al insistir en pasar la velada con los chicos en vez de con ella. En especial cuando era su día libre. Paula trabajaba de camarera en el bar del complejo hotelero.


—He venido a comprobar mi horario de trabajo, así que he pensado pasar a saludaros ya que estaba aquí —explicó, dedicándole a cada uno su sonrisa más coqueta.


Si Gaston puso en duda su excusa, no dijo nada, pero los dos sabían que tenía un turno fijo, que alternaba semanalmente entre días y noches.


—Vaya, pero si es la segunda mujer más hermosa de Montana —indicó Dario, mirando a su hermano.


La rivalidad fraternal había dado como resultado una pelea a puñetazos en la inauguración unas semanas atrás del restaurante de Darío. Según Damián, desde entonces habían enterrado el hacha de guerra. Esa noche soslayó la pulla de DJ.


—¿No crees que muestras una cierta parcialidad desde que al fin convenciste a la hermosa Ailín de casarse contigo? —preguntó Mauricio, mirándolo.


Era una de esas peculiares coincidencias, probablemente resultado de vivir en una ciudad pequeña, que Damián le hubiera propuesto matrimonio a ella justo después de que Darío y Ailin, ex mujer de Damian, hubieran anunciado su compromiso. Era evidente que la gente que comentaba que Damian aún estaba enamorado de su ex se equivocaba.


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