viernes, 3 de diciembre de 2021

CORAZON INDOMABLE: CAPITULO 77

 

Ella echó la cabeza hacia atrás y levantó la barbilla. Intentaba parecer valiente, pero no lo logró. Era su primera noche juntos. ¿Cómo no iba a estar nerviosa?


Teniendo en cuenta cómo había acabado su última experiencia.


El deseo de plantar su semilla dentro de la mujer a la que amaba fue tan inmediato, tan primario que no pudo evitar levantarla en brazos y hacerla suya en aquel mismo lugar.


—Nunca te haré daño, Paula. En lo que a mí respecta, ésta es tu primera vez, como si nunca hubieras hecho el amor.


—Nunca he hecho el amor —dijo ella—. Eso es cien por cien cierto.


Pedro agachó la cabeza y la besó mientras se desabrochaba los botones de la chaqueta militar. Cuando la prenda alcanzó la silla más cercana, se encargó de la corbata, sin dejar de saborear a Paula.


La camisa fue el próximo objetivo. Dado que sería la última vez que llevaría puesto su uniforme, ponérselo para la boda le había parecido apropiado. Una transición simbólica entre su vida anterior y la nueva. A su superior le había sorprendido saber de él, pero no enterarse de que se retiraría del ejército cuando su contrato expirase, para poder así concentrarse en su familia.


En su nueva familia.


La camisa beis voló por el aire y sus dedos se encontraron con los de Paula mientras intentaba quitarse el cinturón. Sintió un escalofrío al notar sus dedos recorriendo sus oblicuos. La necesidad hacía que se mostrasen torpes. Habían estado semanas conteniéndose, desesperados por conocer sus cuerpos, pero decididos a empezar su vida juntos de una manera que fuese respetuosa para su hijo.


Pedro se detuvo y sintió un vuelco en el corazón. Era el hijo de los dos.


Sonrió. Era padre. Las maravillas de aquel día no habían hecho más que comenzar.


Paula lo miró con las mejillas sonrojadas.


—¿Pedro? Será mejor que no cambies de opinión ahora…


Le agarró las manos y tiró de ellas hacia arriba, lejos de aquel juego peligroso. No le costó esfuerzo alguno girarla entre sus brazos y arrastrarla contra su cuerpo. El calor de su espalda desnuda se expandió por su torso mientras le besaba los hombros.




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