sábado, 30 de octubre de 2021

SIN ATADURAS: CAPÍTULO 39

 

Sin poder contenerse, Pedro alzó las manos y las sostuvo en el aire frente a Paula.


–¿Qué imaginabas que hacían mis manos mientras pensabas en mí?


Paula tomó las manos de Pedro y las guío hacia su cuerpo. Apoyó una en uno de sus pechos y la otra en su vientre. Tras cubrirla con la suya, empujó poco a poco la de Pedro hacia abajo.


–Todo –contestó en un susurro a la vez que separaba ligeramente las piernas–. Lo he imaginado todo.


Pedro masculló un exabrupto.


–¿Y cómo diablos se supone que voy a resistirme a ti?


–No vas a resistirte.


–Cada vez que cierro los ojos te veo –confesó Pedro mientras acariciaba con una mano un pezón de Paula y con la otra su sexo.


–Hoy lo quiero todo, Pedro –susurró ella a la vez que pasaba una mano tras la cabeza de Pedro para atraerlo hacia sí y besarlo.


Pedro reclamó de inmediato el dominio de la situación. Introdujo la lengua en la boca de Paula sin miramientos a la vez que la estrechaba contra su cuerpo.


–¿Estás segura de que vas a poder manejar esto? –preguntó sin apenas apartar la boca.


–Quiero más… –murmuró Paula contra sus labios.


Cuando Pedro se volvió para retirar la colcha de la cama, Paula lo rodeó por la cintura con los brazos y le desabrochó el pantalón vaquero. Luego tiró de estos y de los calzoncillos hacia abajo. Tomó el miembro de Pedro en su mano y este se volvió y la sujetó por las muñecas.


Tras hacerle tumbarse en la cama, se inclinó sobre ella y la besó en la boca, en el rostro, en el cuello, y luego de nuevo en la boca, como si no soportara estar separado de ella mucho tiempo. Deslizó las manos por su cuerpo para acariciar todos sus puntos sensibles.


Cuando, jadeante, Paula pensó que ya no iba a poder esperar más, Pedro se apartó de ella.


–No me dejes ahora… Ni se te ocurra parar…


–No soy lo suficientemente fuerte como para parar ahora –murmuró Pedro.


La pasión con que la miró hizo que Paula se estremeciera.


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