sábado, 28 de agosto de 2021

QUIERO TU CORAZÓN: CAPÍTULO 53

 


Mientras al día siguiente, Pedro trabajaba en el ordenador en su taller privado, estaba entusiasmado. Las ventas habían subido en el último trimestre, la producción marchaba a la perfección y su relación con Pau empezaba a convertirse en algo más de que lo que se atrevía a esperar.


Hasta el momento, parecían compatibles en todos los aspectos. El sexo era estupendo, su sentido del humor lo hacía reír y su alegría lo tenía asombrado.


Tenía la certeza de que encajaría bien con su familia una vez que la conocieran.


Tenía ganas de que pasaran las fiestas juntos, tal vez ponerle un regalo muy especial debajo del árbol. Podía imaginar la sonrisa de su madre ante la idea de planificar dos bodas y tener más posibles nietos a los que mimar. Lo mejor de todo era que podía imaginar a Pau mirándolo con amor en los ojos mientras decía: «Sí, quiero».


Al pensar en la ducha que habían compartido en el hotel, su cuerpo reaccionó como si hubiera pasado un mes desde la última vez que había estado con ella. En un esfuerzo por mantener su cordura, se centró en la cena en el asador, seguida de la relajada vuelta a casa.


Lo único que habría podido mejorar la velada habría sido que Pau pasara la noche con él, pero había aducido que tenía muchas cosas que hacer. Ese día había estado ocupada con los últimos retoques para la foto de empresa y esa noche había quedado a cenar con una amiga, por lo que él había decidido quedarse a trabajar hasta tarde.


—Karen y yo hicimos planes hace una semana —le había explicado con expresión de pesar al pasar por su escritorio después de un almuerzo en la Cámara de Comercio—. Pero te echaré de menos.


Miró la hora y pensó en llamarla al móvil, pero resistió la tentación. Sin duda podía sobrevivir una noche sin ella. Catorce horas hasta que fuera a trabajar a la mañana siguiente.



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